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MARÍA JOSÉ LORENZO ORDÓÑEZ | Empresaria e implicada en causas sociales

"He hecho muchas cosas, pero de lo que más orgullosa estoy es de mi familia"

"Nací en el palacio del marqués de Casa Estrada (Bimenes); a mi padre lo mataron en la Guerra y me crie en Oviedo con mi abuela y mi madre"

María José Lorenzo. Luisma Murias

María José Lorenzo Ordóñez nació en el palacio familiar del marqués de Casa Estrada, en Bimenes, propiedad de su familia materna. A muy corta edad se trasladó a Oviedo para vivir con su abuela y su madre, tras perder a su padre, asesinado en la Guerra Civil, cuando ella tenía siete meses. Desde muy joven sintió la necesidad de involucrarse en causas sociales. Es madre de cinco hijos, abuela de once nietos y bisabuela de una biznieta.

Una infancia feliz, marcada por la pérdida del padre. "Nací en el palacio del marqués de Casa Estrada, en Bimenes, que era de mi familia materna. A mi padre lo mataron en Las Caldas, durante la Guerra Civil, cuando yo tenía siete meses. Ese episodio siempre ha estado presente en mi vida. Nunca lo encontramos. Cuando murió mi madre, hace diez años, uno de mi hijos recuperó unos papeles en el archivo de Salamanca en los que se habla de un juicio por un presunto intento de fuga cuando construía fortificaciones en Las Caldas. Murió de una forma totalmente injustificable, lo reclutaron, sin ser ni de un bando ni de otro, y lo asesinaron por la espalda. Tenía 25 años. El sufrimiento de mi madre fue para toda la vida. Las dos nos vinimos a Oviedo a vivir con mi abuela. Los veranos y las vacaciones las pasaba en el palacio. A veces era un poco aburrido porque no podía salir de allí, pero me manejaba bien con la gente mayor".

El colegio de las Ursulinas y las amigas para siempre. "Estudie en el colegio de las Ursulinas cuando aún estaba en la calle de La Luna. Fue una etapa muy buena. Cuando pasaba el tren del Vasco había que cerrar todas las aulas para que no entrase el humo de las calderas. Cuando nos llevaron al Naranco llorábamos porque no queríamos marchar. Lo mejor de todo fue tener un grupo de amigas que seguimos siendo amigas hasta hoy y estamos muy compenetradas. Lo pasamos muy bien juntas. Nos conocemos desde los cuatro años".

El trabajo voluntario en los albergues de San Lázaro y en Ventanielles. "Cuando terminé el colegio me puse a trabajar en los albergues de San Lázaro, con gente con mucha pobreza y enfermedades. Organicé guarderías y conocí una realidad muy distinta a la que yo vivía. Después me fui a Ventanielles, y estuve un tiempo trabajando con gente de raza gitana. Aunque está mal que lo diga creo que siempre antepuse a los demás a mi misma y eso me llevó a colaborar con causas sociales. Me atraía hacer algo por mejorar las condiciones de vida de esas personas".

La boda y la llegada de los hijos. "A los 19 años conocí a mi marido, Julio Sánchez Juan, que tenía 32. Me casé cuando cumplí los veinte". Era neurocirujano. Estuvimos sesenta años casados y tuvimos cinco hijos en doce años. No me costó nada ser madre de familia numerosa. Me puse a estudiar cuando tenía ya a los cinco. Primero hice Graduado Social y después me licencié en Derecho. Me vino muy bien para la vida. Mi marido decía que el cerebro había que utilizarlo. Hice muchas cosas, hasta organicé el disco 'Madre Asturias', con Joaquín Pixán y la Orquesta Filarmónica de Londres. De aquella no conocía a los empresarios de Oviedo y buscando apoyos para el proyecto los conocí a todos. Fui muy amiga de José Cosmen y Jesús Sáenz de Miera, entre otros. Después fui gerente del Centro Comunitario de Transfusiones y puse a Oviedo en el mapa internacional de los bancos de tejidos. A lo diez años me cesaron. Luego estuve en León, en otro banco de tejidos y después creé una empresa familiar para organizar eventos en el palacio. Conservar un edificio histórico es una tarea complicada. El nuestro está en bastantes buenas condiciones porque siempre se vivió allí. Yo ahora voy de vez en cuando, de visita, pero mi vida está en Oviedo".

La familia, su gran tesoro. "Tengo cinco hijos, once nietos y una biznieta, todos maravillosos. La familia es lo primero y es de lo que mas orgullosa me siento. Además son gente que merece la pena. Nunca me sentí discriminada por ser mujer en ninguno de los trabajos que realicé. Hay que conseguir la igualdad con hechos. Por mucho decir las cosas no llegan a ser una realidad. La igualdad ya llegó, ahora hay que caminar hacia adelante. Una chica de 25 o 30 quizá lo vea de otra manera, yo opino así".

La importancia de mantener las neuronas activas. "Es necesario mantener las neuronas en funcionamiento y la única forma de hacerlo es estar activa. Yo tengo la suerte de disfrutar de buena salud y aún la cabeza en mi sitio. Procuró estar al día en todo lo que puedo. Tengo un nieto que mi admira porque hago las declaraciones de la renta en el ordenador. Siempre hay que poner mucho de parte de uno. El carácter también es importante. Si tú quieres hacer algo no importa la edad, siempre que puedas intelectualmente. Otra cosa son las actividades físicas. Pasé bastante tiempo cuidando a gente que me necesitaba y ahora estoy retomando de nuevo muchas actividades. Pertenezco a un grupo de mujeres empresarias y estoy dispuesta a colaborar en todo. No podemos pararnos".

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