Juan Lozano es amante de los clásicos de la literatura. Tal vez influya que es ovetense y zamorano, como Leopoldo Alas. Y siguiendo la estela, este abogado de profesión presentó ayer su primera novela, "Entre un millón de líneas", en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Todo se resume en "la historia de Teo, un joven de 30 años tremendamente introvertido", como explicó el presentador, el también letrado Alfonso Paredes. Esa es la tesis inicial, pero partiendo de ahí se traza una historia de amor, como el propio autor, también abogado, definió su ópera prima.

Lozano aseguró que la idea de publicar la obra le generó "dudas y sueños". Las dudas venían de esa sensación de exposición, "de abrir el alma de par en par", que para él "supone que te invada un sentimiento de vergüenza". Los sueños, dice, "se han visto superados con la gran acogida que ha tenido el libro".

Lozano, tipo tímido, se vuelca en una novela en la que hace "una defensa de la timidez, porque tendemos a pensar que los tímidos tienen menos emociones, cuando lo que ocurre es que no encuentran los cauces necesarios para mostrarlas". En realidad, Teo, el tímido protagonista, podría ser el autor, que ayer confesó que suspendió cinco veces una asignatura de la carrera porque el examen era oral. "Siempre preferí los escritos", confesó.

La novela, en esa pasión de Lozano por la literatura, es también una obra que habla de otros muchos libros, de hecho el escenario principal de esa historia de amor es una vieja librería que ha pasado de generación en generación hasta llegar a Teo, que se enfrenta a la crisis del sector editorial y de las ventas.

Una novela con unos personajes identificables en cada uno de nosotros, "una historia cualquiera", recalcó el abogado.