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Íñigo Manso, a la entrada de la Cámara de Comercio de Oviedo.FERNANDO RODRÍGUEZ

ÍÑIGO MANSO I | Experto de la compañía Indra en transformación cultural y desarrollo del talento

"La quinta Revolución Industrial va a ser la humanización porque la cuarta es tecnológica"

"Los gurús de Silicon Valley llevan a sus hijos a escuelas con un modelo de educación analógico, sin 'tablets'"

Íñigo Manso (Madrid, 1965) es de los que estrecha la mano con firmeza, mira a los ojos, habla despacio y sonríe en las pausas. Transmite confianza y empatía. De hecho, ese es su trabajo. Como experto en proyectos de transformación cultural (Mindset Management) y desarrollo del talento, su principal misión es fomentar los valores humanos en un mundo cada vez más digitalizado. Asesora a empresarios y empleados en la tarea de impulsar sus valores personales, el trato directo y la socialización. Acumula veintisiete años de experiencia como consultor, veinticinco como empresario y diecisiete como consejero empresarial; ahora desarrolla su trabajo en la multinacional Indra. Precisamente, Indra colabora con la Cámara de Comercio de Oviedo en el desarrollo de programas específicos que permitan a las empresas asturianas solventar nuevos retos. Como parte de esa colaboración, Manso ofreció ayer una charla en la Cámara de Comercio ante cerca de 160 personas. Antes atendió a LA NUEVA ESPAÑA.

-¿En qué consiste exactamente la colaboración actual entre Indra y la Cámara de Comercio de Oviedo?

-Ambos vamos a ayudar en el proceso de transformación de las empresas asturianas a través del proyecto "Principado". Lo hacemos porque las empresas privadas tienen que transformarse sí o sí. Es un cambio que va más allá de la transformación digital o tecnológica, trata sobre la transformación de las personas.

-¿Por qué las empresas deben transformarse sí o sí?

-Porque a nuestro alrededor está cambiando todo; los modelos de negocio, la tipología de cliente, la forma de trabajar y de relacionarnos, la tecnología, los sistemas... Lo que menos cambia somos las personas. La quinta Revolución Industrial va a ser la humanización porque la cuarta es tecnológica. Debemos cambiar mentalidades para cambiar comportamientos.

-Pero, la llamada cuarta Revolución Industrial todavía está en pañales.

-Por eso queremos introducir rápidamente el concepto de la quinta. Todo va muy rápido. Siempre ha habido cambios en la historia de la humanidad, la diferencia es la velocidad del cambio. Es un tsunami que o nos aplasta o lo surfeamos. Nosotros planteamos surfearlo porque es la única posibilidad. Las empresas más exitosas serán las proactivas y no las reactivas, las que se adelanten.

-Suena algo apocalíptico. ¿Realmente la sociedad puede deshumanizarse en favor de la tecnología?

-La tecnología es nuestro gran aliado, es el impulsor de la digitalización, pero se nos ha ido de las manos. ¿Cuánta gente de nuestro entorno tiene dependencia al móvil? Los adolescentes se relacionan cada vez más a través de las pantallas en vez de analógicamente. Pero los gurús de Silicon Valley llevan a sus hijos a escuelas con un modelo de educación analógico, sin tablets. Incluso piden por contrato que los cuidadores no usen los teléfonos móviles cuando estén con los niños.

-Usted trata especialmente con directivos de empresas. ¿Cómo hacer que cambien su mentalidad o forma de trabajo?

-Me siento con directores generales que reciben 150 emails al día. Eso no es gestionable. Cuanto más arriba se esté en una empresa, hay que dedicarse básicamente a dos cosas: a las personas y al modelo de negocio. Si se está todo el día gestionando correo, del que mucho es "spam" corporativo, uno no se centra en lo básico. Es importante ayudarles a entender la importancia de la atención plena y la necesidad de la confianza, la comunicación y la complicidad.

-Sin embargo, el empresario puede ver el desarrollo tecnológico como una gran ventaja económica que le da más rentabilidad o eficiencia.

-No estoy en contra del avance tecnológico. Es más, me autodenomino optimista digital. Por ejemplo, en Indra hemos generado procesos electorales para más de 4.000 millones de personas en el mundo y otros 50 millones de personas se curan gracias a tecnología de Indra. Lo que pasa es que la mayor macrotendencia actual y global es la incertidumbre. No tenemos respuestas para lo que viene. Hay que apostar por la humanización y entrenar una nueva forma de pensar para ser capaces de asumir esos cambios futuros.

-¿Puede poner un ejemplo?

-La Medicina. Ahí la tecnología está creciendo a pasos agigantados. Los médicos deben ser más empáticos. Tenemos que aportar lo que las máquinas no aportan. Eso es humanización.

- ¿Con qué empresas trabajará en Asturias en esta línea?

-La alianza con la Cámara de Comercio es muy reciente, pero ya hemos empezado a trabajar con Transinsa (Ambulancias de Asturias). La idea es hacerlo en cualquier sector e industria.

-¿Cómo se "humaniza" a un alto directivo?

-Trabajamos sobre tres ejes en tres talleres. El primero se basa en la introspección o inteligencia intrapersonal. El segundo, en la inteligencia interpersonal o nueva forma de relacionarnos. Y el tercero, en la inteligencia colaborativa o transversalidad. No hablamos de física cuántica, hablamos de confianza, de "feedback", de empatía, de ego o de autoestima. De lo que nos hace más humanos y estamos perdiendo. Lo que marca la diferencia no es la tecnología, son los líderes transformadores, los que yo llamo líderes "h".

-¿Qué es un líder "h"?

-Humildes, humanos, honestos y con humor. Ese es el jefe que le gustaría tener a todo el mundo. Si lo conseguimos, habremos humanizado el mundo empresarial y el laboral en general pasando de un "egosistema" a un ecosistema. De mandar, a inspirar.

-¿Hay empresas que estén en proceso de humanización?

-Sí. Sin tener que poner nombres y apellidos, le confirmo que en España las hay. El mérito es de su CEO (director ejecutivo), que ha tenido la humildad y la valentía de liderar el proceso. Es algo tan simple como, por ejemplo, grabar un vídeo para anunciarlo y decir que el cambio empezará por ti. Eso muestra vulnerabilidad y te iguala a los demás. Todos tenemos los mismos miedos, da igual que seas el presidente de la compañía o el último de los operarios.

-¿Cuáles son esos miedos?

-Miedo a estar solo, al fracaso y a que le pase algo a los seres queridos. Al analizarlo, nos hemos dado cuenta de que el primer temor, el quedarse solo, hay quien empieza a paliarlo con el mundo digital y una realidad paralela. Pasa mucho en Japón. Eso no puede ser.

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