"Educar las actitudes de los niños y jóvenes, más allá del 'pórtate bien', incidiendo en la gestión de las emociones, es darles unos superpoderes que les permitirán enfrentarse a muchas situaciones de la vida". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el profesor y coach Carlos Hevia-Aza, especializado en innovación educativa y presidente de "Emoción en acción", quien recalcó que la verdadera revolución de la educación actual está precisamente en educar esas actitudes.

"Debemos enseñar a los alumnos a pensar, pero eso es mucho más que razonar; se trata de que tengan conciencia crítica". Hevia-Aza, aplica a diario sus teorías en una asignatura llamada Cambiología, que, como su nombre indica, pretende incitar al cambio. "Durante mucho tiempo, las actitudes se han centrado solo en: pórtate bien, esfuérzate y ten respeto. Eso está muy bien, pero parece un enfoque muy simple. Hemos de orientar la pedagogía hacia temas más relacionados con la gestión emocional o aprendizajes en equipo", añadió el especialista.

"En estos momentos resulta imprescindible renovar la pedagogía e incluir nuevos contenidos en la enseñanza, aunque esto no quiere decir que todo lo que se hace esté mal", precisó el profesor, que imparte clases en los colegios Dominicas y Santa María del Naranco de Oviedo. Carlos Hevia-Aza se mostró crítico con la consideración de la tecnología como el culmen de la innovación. "Innovar no es utilizar una pizarra digital; más bien es que los alumnos aprendan algo totalmente novedoso y que además lo hagan en equipo. La actitud para afrontar los cambios se puede entrenar y eso es lo que intentamos hacer", recalcó.

El modo en el que se trata al alumno dentro de las aulas también influye en el proceso de aprendizaje. "Al alumno hay que mirarle en positivo, como lo que yo quiero que llegue a ser. Hace apenas tres o cuatro años, el cambio educativo pasaba por la tecnología, que era la clave de una nueva época en la educación. Ahora empezamos a ver que quizás esa no es la única revolución", señaló.

El coach ovetense se mostró partidario de crear entornos participativos en los que los profesores pregunten a sus discípulos. "Esa es la esencia del coaching educativo", aseguró. Carlos Hevia-Aza defendió fehacientemente que todo el mundo tiene un tipo de "inteligencia" en la que destaca. "El problema es que muchos terminan su etapa educativa y no lo descubren", lamentó. Evitar que esto suceda es uno de los objetivos de sus métodos pedagógicos: "A los estudiantes hay que darles espacio para que encuentren sus propios retos y se desarrollen", concluyó.