La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Prieto: "No hay que formalizar demasiado los conciertos, hay que venir a disfrutar"

El director mexicano, con raíces asturianas, regresa al frente de la Sinfónica del Principado con una "espectacular" primera sinfonía de Elgar

Carlos Miguel Prieto, ayer, en el ensayo con la OSPA. LUISMA MURIAS

El director mexicano Carlos Miguel Prieto protagoniza junto al violinista Ning Feng el concierto de abono "Reflejos II" de esta semana de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, que actúa esta tarde en el Teatro Jovellanos de Gijón (20 horas), patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, y mañana a la misma hora en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. El programa incluye obras de los compositores Silvestre Revueltas, Karl Goldmark y Edward Elgar.

Aunque Prieto nació en México, Oviedo le ha acompañado durante toda su vida, desde que con diez años visitase por primera vez la capital asturiana. No en vano, su abuelo, Luis Prieto Bances, fue el arquitecto encargado de la construcción de la Iglesia de San Francisco de Asís, que se encuentra en frente del Auditorio. Su tía abuela fue la compositora asturiana María Teresa Prieto.

Desde su primer concierto en el Teatro Filarmónica, es habitual su presencia en la programación de la OSPA. "El programa de esta semana tiene historia y es muy ecléctico, quizá por la ausencia de nombres propios que sean familiares al gran público, pero ha sido la propia orquesta la que me ha pedido interpretar la Sinfonía nº 1 en la bemol mayor, op 55, de Elgar y en ello estamos", aclara Prieto. "A mí me encanta, es una obra importantísima del repertorio inglés. Es la sinfonía que en su primer año de vida más se ha tocado, alrededor de cien veces solo en 1908. No la quiero comparar con ninguna otra, pero ese es un logro espectacular", añade. "El movimiento lento 'adagio' es quizá lo más bonito que ha escrito Elgar nunca", añade.

La música de Revueltas acompaña a Prieto con frecuencia en sus actuaciones en Asturias. En este programa interpretará "Janitzio" y apunta que "es una obra muy mexicana, llena de ritmos. El pueblo de México aparece retratado en este vals sarcástico michoacano de una manera muy sofisticada pero también muy ácida". En último, interpretará el concierto para violín de Goldmark, que es "algo desconocido, pero se trata de un compositor contemporáneo de Brahms y profesor de Sibelius, si bien es cierto que no ha pasado al canon", explica Prieto, que estará acompañado por el violinista Ning Feng, para quien solo tiene buenas palabras.

"La OSPA siempre me ha pedido obras que van fuera del repertorio más conocido", asegura Prieto que ha perdido la cuenta de las veces que ha actuado en Asturias junto a la sinfónica del Principado. Tiene una media de 120 conciertos al año y, además, es director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de México y la Orquesta Filarmónica de Louisiana. "En Ciudad de México hacemos dos o tres conciertos a la semana porque es una urbe enorme, con más de veinte millones de personas, y se llena siempre. La verdad es que hay una inquietud cultural enorme", explica Prieto. "Tal vez es el lugar en el que más público joven asiste a los conciertos, mucho más que en Europa o en Estados Unidos. Debido al precio de las entradas, que están subvencionadas por el gobierno, son muy baratas y existen todo tipo de descuentos para venir en familia", explica. Los mexicanos "no tienen la imagen de que los conciertos de música clásica son como eventos sociales o exclusivos. Yo ya llevo catorce años allí", asegura. "Ya me conocen y por eso saben mi postura sobre que no hay que ni desacralizar ni formalizar en exceso un concierto, sino disfrutar. Para mí la música es un disfrute continuo y en este programa con la OSPA este sentimiento quedará patente en la sinfonía de Elgar", sentencia.

La violencia en México

Prieto tiene muy claro que la criminalidad que acosa a México afecta, y mucho, al tejido de la música clásica. "Es una lacra que nos afecta a todos. La misma semana pasada fue muy difícil en la Ciudad de México en todos los sentidos por los feminicidios que hubo y las manifestaciones. Sin embargo, tuvimos tres conciertos y estaba lleno; podríamos haber tenido más y seguiría lleno. Quiero decir, la música no está reñida con ir a manifestarse contra esos feminicidios", explica. "Es un país en el que la gente está acostumbrado a lidiar con la tragedia de una forma muy única, y por supuesto, un país que ha estado siempre acosado por el crimen. Pero si el problema viene principalmente por las drogas -y en México se consume poco y se exporta mucho a Estados Unidos-, creo que habrá que poner el objetivo no solo en quien produce, sino en quien consume también. Si Estados Unidos actuara dentro de sus límites, creo que los mexicanos tendríamos más margen para actuar en contra de este problema", afirma con rotundidad.

Compartir el artículo

stats