Llega el Carnaval, y los niños disfrutan enormemente de la fiesta en los colegios. El Carmen Ruiz-Tilve, de La Corredoria, la vivió especialmente esta semana con un desfile que llenó de colorido las calles del barrio.
Salieron a la calle todos los alumnos del centro educativo, desde los de tres años de infantil hasta los de sexto de primaria. Con el apoyo de la Policía Municipal, los niños tomaron las calles para disfrute de sus familias, que los estaban esperando entusiasmados.
Cada nivel presentaba disfraces con una temática concreta. Los más pequeños salieron con disfraces del juego de tres en raya. Los alumnos de cinco y seis años se disfrazaron de astronautas, y los de primaria eligieron temáticas diversas: los mayores conmemoraron el centenario de la tabla periódica, y salieron disfrazados de elementos químicos, otros reprodujeron el desfile de América en Asturias, vestidos con trajes típicos de diversos países latinoamericanos, en un grupo salieron disfrazados de indianos, y también hubo deportistas. Los alumnos y sus familias son quienes hacen el disfraz. Como explica la directora del centro, Maite Fernández, cada año se convoca una reunión para decidir las temáticas, y después se da libertad a las familias para elaborar los trajes. "De esta manera, salen muy variado y muy original", señaló.
El colegio decidió en su día llevar el desfile a la calle porque el centro "se quedaba pequeño para recibir a tanta gente". El interés de la fiesta está, en buena medida, en que no solo los alumno sino también las familias se impliquen.
Una vez en el centro, los alumnos compartieron con las familias una merienda con bizcochos y chocolate.
También el colegio de La Ería celebró su fiesta de Carnaval, pero esta vez sin salir del recinto. En este caso, fue un desfile temático, con la salud y el deporte como temas principales.
El colegio está integrado en la Red Asturiana de Centros Educativos Promotores de la Actividad Física y la Salud, dentro del cual se desarrolla el programa "De Asturias a Tokio", una marcha de los Juegos Olímpicos que parte de Oviedo y recorre la distancia que va hasta la capital japonesa, y que fue la temática del disfraz de varios cursos.
Los alumnos de educación infantil iban disfrazados de cocineros para concienciar de la importancia de una dieta sana y variada para la salud.
Los de primero y cuarto se disfrazaron de deportistas olímpicos, los de segundo, de tenistas; los de quinto, de deportes libres, patinadores y ciclistas, y los de sexto de olímpicos, deportes absurdos y deportes asturianos.
Tras el desfile, hubo una chocolatada que compartieron todos los niños. Además, se hicieron postres y chapas para vender y destinar la recaudación al viaje de estudios de los alumnos de más edad del colegio.
