El cocinero Pedro Martino cerró hace diez años "L'Alezna", su restaurante de Caces que llegó a conseguir una estrella en la guía Michelín. El local, que desde entonces no ha tenido uso, lo recuperará en el plazo aproximado de un mes. El chef ha decidido reabrir el restaurante, esta vez ya no bajo el rótulo de L'Alezna sino con su propio nombre. "Sigue siendo mi cocina; al final, dice todo el mundo que la marca es Pedro Martino y así queda entonces, con mi nombre", explica el cocinero.

Aunque el restaurante no ha tenido actividad, no se puede decir lo mismo del cocinero. Desde el cierre no ha parado ni un minuto. Su última aventura hasta el otoño pasado era el restaurante Naguar, en Ribadesella, pero la falta de entendimiento con los propietarios del local lo llevó a cerrar en octubre.

No obstante, bajo esa marca sigue trabajando el catering y los banquetes que tiene desde hace unos años y que le da "la sostenibilidad". Además, actualmente está trabajando en Madrid como asesor de La Guisandera de Piñera, un restaurante regentado por asturianos con el que mantendrá el vínculo, aunque a distancia, una vez que regrese a Oviedo para embarcarse en su nueva aventura.

"Son siete mesas colgadas encima del río Nalón, con unas vistas maravillosas y un entorno muy rural". Una filosofía que recupera "los platos antiguos, la raíz de la cocina asturiana, todo puesto al día. Desde el principio, siempre hemos trabajado por la tierra y desde la tierra, peleando con el cuchillo entre los dientes en esta salvaje Asturias", concluye.