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Seis jóvenes agreden a otro en el Antiguo para robarle en la noche de Carnaval

"Solo recuerdo tres golpes, pero me dieron más", dice la víctima, de 21 años, a la que asaltaron mientras comía un kebab en la calle Cimadevilla

La Policía Local, patrullando por el Antiguo la noche del sábado. LNE

La noche tampoco pudo acabar en paz en el Antiguo en la noche de Carnaval. El casco histórico registró en la madrugada del domingo una nueva agresión brutal. En esta ocasión la víctima fue un ovetense de 21 años al que un grupo de otros seis jóvenes de entre 16 y 19 años golpearon repetidamente para hacerse con un móvil valorado en unos 200 euros. El chaval acabó con un fuerte golpe en el ojo izquierdo y contusiones considerables tanto en uno de los brazos como en la espalda. El episodio se suma al sufrido por dos hombres de unos cuarenta años en la noche del pasado 15 de febrero a los que otro par de varones dieron una paliza para robarles y enciende de nuevo las alarmas en una zona de la ciudad que clama por medidas para mejorar su seguridad.

El suceso del último fin de semana tuvo lugar en torno a las siete de la mañana del domingo. La víctima estaba con unos amigos en un bar de la calle Mon, pero decidió ir a comerse un kebab antes de volver a casa. Como nadie más del grupo tenía hambre se acercó solo a la tienda y se paró a comer justo delante del restaurante La Carta de la calle Cimadevilla.

El joven iba vestido de pingüino, pero llevaba el disfraz bajado hasta la cintura, dejando asomar ligeramente el móvil. Fue en ese momento cuando se le acercó un chico, mientras otros cinco le miraban a unos metros de distancia. "Era como si estuviesen preparándose", explica la vícitma. A continuación, uno le echó mano al móvil y al revolverse, primero le insultaron para tratar de amedrentarle y luego empezaron a llover los golpes. "Solo recuerdo tres golpes, pero fueron más seguro, porque me duelen varias partes del cuerpo", subraya.

Tras dejarle dolorido, los seis individuos emprendieron una huida a la carrera. El agredido persiguió a la vez que pedía ayuda a gritos porque le habían robado. "Me dolió que nadie se ofreciera a ayudarme" confiesa en sobre la persecución, que duró unos minutos. "Al llegar a la plaza del Ayuntamiento se dividieron en un grupo de dos y otro de cuatro y seguí al de cuatro, pero no les alcancé", indica visiblemente disgustado por lo sucedido.

No quedó ahí la cosa, pues media hora más tarde volvió a cruzarse con cuatro de los jóvenes. "Grité a mis amigos para viniesen y estuvimos a punto de llegar a las manos, pero recularon y volvieron a escapar", indica acerca de un momento en el que lamenta no haber tenido la sangre fría suficiente para llamar a la Policía en ese momento.

Finalmente, el chico fue a casa de una tía, en el barrio de Buenavista, y esta la acompañó hasta el centro de salud de La Lila. Una vez allí, el personal sanitario evaluó sus golpes y elaboró el correspondiente parte médico con el que posteriormente acudieron a la comisaría de la Policía Nacional a poner la denuncia.

Amenazas

En las dependencias policiales relató los hechos y trató de describir con detalle a los presuntos agresores. Según explicó a LA NUEVA ESPAÑA, cuando se encontró junto a sus amigos a los cuatro agresores llegó incluso a intercambiar unas palabras con alguno. "Uno en concreto me dijo que tenía 16 años, pero que podía tener 18 y mandarme a unos amigos moros para que me mataran", asegura en relación a un grupo en el que había tanto jóvenes de origen latinoamericano como españoles. Ahora solo espera que la Policía haga justicia. "El móvil no vale mucho, pero no soporto que me puedan quitar algo mío así porque sí", añade la víctima.

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