"La gran diferencia entre la filosofía y las ideologías que nacen a partir de la Ilustración francesa, en el siglo XVIII, es que la primera trata de entender el mundo y las segundas quieren cambiarlo, sin más". Así lo dijo ayer el escritor, filósofo y profesor José Ramón Ayllón, en un repleto Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, durante la presentación de su libro "El mundo de las ideologías".

Ayllón, nacido en Santoña (Cantabria), residente en Burgos, y vinculado a Oviedo, donde estudió e impartió clases, fue presentado por el periodista Rodrigo Cepeda y por el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo Álvaro Solano, quienes destacaron la claridad con la que analiza en su libro un asunto tan complejo como el de las ideologías consolidadas y las que se gestan en la actualidad.

"Para entender eso de que vivimos en una sociedad en crisis basta con ver los títulos que tienen los libros de los filósofos modernos: vacío, individualismo, visiones apocalípticas... No solo estamos en la era de la posverdad, también en la del posdeber; el superhombre actual decide lo que es el bien y el mal de forma unilateral, y eso enlaza con la modernidad líquida de la que habla Zygmunt Bauman", explicó Ayllón.

Tampoco olvidó el profesor desgranar de forma breve los principios de algunas de las ideologías que han marcado el siglo XX, entre ellas las dos grandes corrientes que se han bifurcado en otras: el marxismo, que pone el acento en la igualdad, y el liberalismo, que se focaliza en la libertad. "La ideología más peligrosa es el marxismo, la mayor empresa carcelaria de la humanidad, tal como lo definió Chaunu, pero también la masonería, porque maneja el poder desde la sombra", señaló. Ese protagonismo de la masonería en la vida política europea queda reflejado en el Parlamento francés, donde el 34% de sus miembros pertenecen a esa corriente, y en el Parlamento Europeo o en la ONU, donde también tienen una amplia presencia, tal como indicó Ayllón, que actualmente imparte clases en la Universidad de Montevideo. Ayllón se detuvo especialmente en el positivismo, la teoría filosófica que considera que el único medio de conocimiento es la experiencia comprobada o verificada a través de los sentidos, formulada por Auguste Comte en el siglo XIX, que, a su juicio, marca la vida diaria de la sociedad actual sin que la mayor parte de los ciudadanos lo sepa. "Vivimos en un mundo cien por cien positivista. Es lo que respiramos, lo que escuchas, ves o lees, lo que te cuentan los libros de texto? El ambiente que te impregna: la verdad es lo que dice la ciencia, el bien lo que hace o piensa la mayoría (se confunde la ética con la sociología), y desde el punto de vista jurídico es justo lo que dice el legislador, una barbaridad", lamentó José Ramón Ayllón.

Como ejemplo de ese positivismo que impregna el mundo actual, Ayllón puso la respuesta que dio la entonces candidata Hillary Clinton a la pregunta de un periodista que se interesaba por su opinión sobre una ley del aborto que permita acabar con el feto hasta el mismo momento de nacer: "Un niño es lo que dice la ley", contestó Clinton.

Ayllón cito también a Dickens, Víctor Hugo y León XII como pensadores que en su día lucharon por una sociedad más justa, cada uno desde sus principios.