"Es muy importante que las mujeres jóvenes consigan un pico máximo de masa ósea y se construyan un buen esqueleto para poder afrontar con éxito las etapas posteriores; lo que ocurre es que a los 30 años no se piensa en esos temas porque se ven muy lejanas las décadas de los 50 y 60". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Francisco Ferrer Barriendos, catedrático de Ginecología y expresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Menopausia, que ofreció una charla con consejos para hacer frente a la osteoporosis.

La enfermedad se caracteriza por una disminución de la densidad del tejido óseo y tiene como consecuencia una fragilidad exagerada de los huesos. Una dieta rica en calcio es, a juicio del doctor Ferrer, una de las bases principales para lograr unos huesos fuertes y sanos, capaces de resistir los estragos que causa la menopausia en el organismo femenino. "Los lácteos son muy importantes y deben tomarse de tres a cinco porciones al día, menos no", indicó.

El profesor también aconsejó la práctica regular de ejercicio físico para contribuir a estimular la masa ósea. "El deporte causa un efecto indirecto sobre el hueso y resulta muy beneficioso". Suprimir el tabaco es otro de los preceptos para conseguir ese esqueleto resistente. "Fumar es dañino para los huesos", señaló Ferrer.

Además, destacó los beneficios del sol para realizar la síntesis de vitamina D, que también se va reduciendo con la edad. "El sol es indispensable, ya que la dieta por sí sola no aporta las dosis de vitamina necesarias", aseguró el especialista. Francisco Ferrer insistió en la necesidad de "invertir" en los huesos a largo plazo, porque a partir de los 60 años lo normal es que reduzca la masa ósea y aparezca el riesgo de fracturas. Una de las más típicas es la de cadera en la mujer a causa de una caída. "La osteoporosis es una enfermedad con una gran sobrecarga emocional y efectos colaterales como dolores de espalda", señaló. Ferrer comentó que durante años se ha conocido a la osteoporosis como la epidemia silenciosa debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el dolor aparece cuando surge la fractura. Incluso algunas fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas, puesto que no se producen síntomas. En estos casos se pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas lesiones.