Lourdes García combina el teletrabajo con la asistencia presencial al Ayuntamiento como concejala delegada de centros sociales en las filas de Ciudadanos (Cs). Se siente útil, pero no está plenamente a gusto desde que comenzó el estado de alarma. Quiere hacer más y desempeñar su labor en primera línea. Es enfermera titulada especialista en UCI de adultos, pediátrica y de Urgencias. Una profesión que dejó aparcada en junio del año pasado cuando pasó a ser edil con dedicación exclusiva, solicitando una excedencia de su trabajo, que en aquel momento desempeñaba en el hospital Monte Naranco. Ahora, se presenta para ejercer voluntariamente en cualquier hospital asturiano, pero del dicho al hecho no es tan fácil. Al menos, en el Ayuntamiento.

La interrupción temporal de su dedicación exclusiva debería aprobarse en un Pleno municipal, pero las consabidas normas del estado de alarma por Coronavirus impiden celebrarlo ya. Con esos mimbres, Lourdes García ha decidido solicitar el permiso directamente al consejero de Salud de Principado, Pablo Fernández. Un trámite que hizo el miércoles y para el que contó con el respaldo de sus compañeros de Grupo municipal.

"Hablo habitualmente con amigas y compañeras enfermeras y me duele el alma al ver la precariedad de medios que tienen y el estrés que les genera la situación. Hay que seguir un protocolo muy estricto de lavado de manos y uso de mascarillas en los centros sanitarios porque cualquier fallo puede ser garrafal. No pretendo llegar de salvadora. Ni mucho menos. Sólo quiero ser una más y aliviar ese estrés aligerando los turnos y los descansos", explica la concejala en un descanso del trabajo municipal desde la casa de sus padres.

El comienzo de la crisis sanitaria le pilló a ella y a su hijo de 18 meses en el hogar de sus progenitores, pero tiene claro que si el Principado aprueba su solicitud de reintegrarse temporalmente en el Sespa se instalará sola en su piso.

García, de 35 años, ha ejercido de enfermera durante catorce: "Empecé de eventual dando vueltas por todo el SESPA en centros de salud, el antiguo HUCA, el Monte Naranco y centros privados como la Clínica Asturias y El Fontán. Luego estuve tres años en el País Vasco, en San Sebastián. Volví y me tocó el traslado del antiguo al nuevo HUCA y, después, la vacante del Hospital Monte Naranco. Ahora, me da igual dónde, solo quiero ayudar".