Ni procesión, ni comuniones de niños, ni alfombras florales, ni fresas en la plaza de Trascorrales. La pandemia por coronavirus se ha llevado por delante una de las tradiciones más arraigadas del calendario cristiano, el Corpus Christi, limitándola en Oviedo a la celebración el domingo de la misa mayor en la Catedral y a las misas ordinarias que cada parroquia quiera realizar. Ni siquiera ha resistido la costumbre recuperada el año pasado por el gobierno local liderado por Alfredo Canteli (PP) tras cuatro sin hacerse; la comida y degustación de las fresas con la que el Ayuntamiento obsequia al cabildo. Las restricciones de aforo y las medidas para evitar aglomeraciones han hecho que ambas partes llegasen a un acuerdo posponiendo la cita hasta el año que viene.
El Arzobispo Jesús Sanz oficiará el domingo la misa en San Salvador a las doce de la mañana ante un número de personas sensiblemente menor al de otros años y con un protocolo único. El Santísimo Sacramento estará expuesto en el altar y únicamente Sanz lo podrá portar en la custodia para caminar con él por los pasillos del templo (pieza en la que se exhibe el sacramento para la adoración de los fieles). Es la primera vez que ocurre algo así, ya que en otras ocasiones en caso de lluvia, la procesión con el Santísimo Sacramento se hacía dentro de la Catedral en lugar de recorrer la distancia que separa la plaza de Alfonso II el Casto de la iglesia de San Isidoro, en la plaza del Ayuntamiento. La comitiva estaba formada por los miembros de la corporación municipal, las cofradías de Semana Santa portando sus estandartes, niños con claveles blancos y público en general. Sin embargo, pasado mañana sólo caminará el Arzobispo.
Las comuniones de los niños no sólo se han suspendido el día del Corpus en la Catedral, sino también en numerosas parroquias. Así, en San Isidoro, según explica el párroco, José Luis Alonso Tuñón, no se celebrarán hasta octubre tras llegar a un acuerdo con las familias para elegir la opción más ventajosa y segura para todos.
Curiosamente, este será el segundo año consecutivo que la procesión no sale a la calle. En 2019 la lluvia lo impidió, aunque el problema se subsanó en el interior de la Catedral con menos comitiva.
Marcas en las bancadas para indicar los asientos disponibles, gel hidroalcohólico en las entradas y mamparas para que los fieles puedan comulgar sin riesgo de contagio de coronavirus, estarán presentes en una ceremonia en la que se espera la presencia de representantes del gobierno local de PP y Ciudadanos con el Alcalde a la cabeza tal y como pasó en 2019.
Sin degustación de fresas
Canteli recuperó el año pasado, al poco de estrenarse en el cargo, la tradición de la degustación de las fresas. Lo hizo en la plaza de Trascorrales declarando que aquello era una "vuelta a la normalidad" de las relaciones entre el gobierno local y la Iglesia después de que el anterior tripartito formado por PSOE, Somos e IU suspendiese la invitación durante cuatro años.
