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Las parroquias ovetenses tienen cada día funerales de fallecidos en la pandemia

Las ceremonias se han retrasado hasta tres meses en espera de que las iglesias tuviesen más aforo y existiese movilidad interprovincial

Las parroquias ovetenses tienen cada día funerales de fallecidos en la pandemia

Eutiquio Casado González, tío del líder nacional del PP, Pablo Casado, falleció a los 94 años el pasado 20 de abril. El próximo 16 de julio, casi tres meses después, la basílica de San Juan el Real, en Oviedo, acogerá su funeral. El mismo templo es también el elegido por la familia de otra ovetense fallecida el 11 de abril, que será despedida por sus familiares el 23 de julio.

Aquellos que perdieron a sus seres queridos durante el estado de alarma sufrieron por no poder despedirse. Solo tres personas, además del párroco, podían asistir al entierro o incineración del fallecido. En caso de que la muerte se debiese al coronavirus, los cuerpos se incineraban directamente sin casi posibilidad de despedida, ni siquiera íntima.

Ahora, una vez en la "nueva normalidad", las parroquias ovetenses han visto incrementado sensiblemente el número de funerales. "Mañana mismo (por hoy) tenemos dos", confirma el párroco de San Juan, Javier Suárez. Él, al igual que su compañero de la iglesia de San Francisco Javier, en la Tenderina, Alberto Reigada, asistieron a las familias durante la etapa más dura de la pandemia y el confinamiento. Acudían a los tanatorios de la ciudad o al cementerio del Salvador para oficiar una breve despedida ante dos o tres familiares. "Más del 90 por ciento me decían que cuando se pudiese querían hacer un funeral en la parroquia", recuerda Reigada. Ese "cuando se pueda" ha llegado y los párrocos ovetenses celebran funerales prácticamente a diario.

Las familias reservan fechas hasta para el mes de agosto. Quieren funerales más públicos, con más asistentes. Quieren sentir el cariño y el respeto de quienes conocieron al fallecido. Es una forma de superar el duelo. Muchos han esperado para ello a que finalizase el estado de alarma. Los oficios religiosos se retomaron en las iglesias en la fase 1 de la desescalada, el pasado 18 de mayo, pero solo se permitía la asistencia de un tercio del aforo. Luego se pasó al 50 por ciento y ahora las iglesias pueden acoger al 75 por ciento del aforo. "La gente ha esperado a que se aumentase el aforo", reflexiona Javier Suárez. En su templo, en San Juan, ese 75 por ciento supone superar con creces el centenar de personas, lo que permite que se reúna toda la familia del fallecido. Ahí está otra de las claves para que las familias reserven fecha para los funerales en julio y agosto, principalmente los fines de semana. Lo señala el párroco de San Isidoro el Real, José Luis Alonso Tuñón, "hay familias que están pidiendo fechas para sábados o domingos porque quiere venir gente de Madrid o de León". Hasta el final de la fase 3 de la desescalada, el pasado 21 de junio, no estaba permitida la movilidad entre provincias, por lo que los familiares que vivían fuera de Asturias no podían acudir a despedir a los suyos.

Los funerales se están celebrando durante las misas diarias de las parroquias. Ayer mismo tuvo lugar uno en San Francisco Javier de la Tenderina por Francisco Rosales, fallecido el pasado 24 de marzo, en pleno confinamiento del estado de alarma. La familia se lo pidió al párroco y Reigada le dedicó la misa. Al finalizar el oficio, además, se rezó un responso por el hombre. La hermana y el yerno del fallecido, Pilar Rosales y Pedro Pablo Gómez, acudieron ayer a San Francisco Javier con las cenizas de su familiar. Al fin pudieron ofrecerle el funeral que el coronavirus les negó durante más de tes meses.

En San Isidoro el Real los funerales se hacen dentro de las misas diarias, a las 11.00 y a las 20.00 horas, y en las misas de los fines de semana. Además, recalca el párroco, el oficio de las 12.00 horas de los domingos está dedicado a los feligreses fallecidos a lo largo de esa semana.

Los sacerdotes responsables de las parroquias ovetenses están dando todas las facilidades posibles a las familias para que puedan despedir a los suyos. Lo hacen casi a diario y tendrán un verano con más funerales de los habituales. Los que no se celebraron durante el estado de alarma no quedarán sin hacerse, ahora es el momento de poder reunir a la familia y de hacer la despedida religiosa deseada.

Javier Suárez no sabe los datos exactos del incremento de funerales durante estas semanas respecto a las mismas fechas del año pasado, pero sí que "estamos haciendo bastantes más". Mira la agenda y señala que hoy, martes, tiene dos; el 17 de julio celebrará otros dos, y la mayor parte de los días una de sus misas incluye ese pequeño funeral.

En el Arzobispado de Oviedo tampoco tienen datos concretos, pero sí han constatado este incremento. "No es un aluvión, pero sí que han aumentado", explican. Lo saben porque "hay parroquias que llegan a celebrar tres funerales al día, y eso no es lo habitual".

Fuentes del Arzobispado coinciden con los párrocos de Oviedo en las causas del incremento del número de funerales. "Las ceremonias en los tanatorios o en el cementerio eran mínimas, muy íntimas, así que ahora que se pueden llenar las iglesias al 75 por ciento de su aforo y que la familia que vive fuera de Asturias puede acudir ya al funeral, se están celebrando muchos que habían quedado pendientes durante el estado de alarma", dicen las mismas fuentes.

Las parroquias ovetenses no solo no pudieron celebrar funerales, sino que también quedaron suspendidas otras celebraciones religiosas como las bodas o las primeras comuniones. En este caso la mayoría de las ceremonias se han aplazado para el próximo año. "Tenemos alguna comunión y alguna boda que se retrasó al otoño, pero casi todo es para el año que viene", dice Javier Suárez. Por ahora, en las iglesias ovetenses es tiempo de despedidas de aquellos que murieron en soledad. Las familias pueden por fin cerrar el luto por la pérdida de sus seres queridos.

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