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Las primeras grandes obras se retrasan

El covid, el poco atractivo de las licitaciones y la carencia de ofertas demoran los trabajos de la muralla y el kiosco del Bombé

El objetivo inicial de Nacho Cuesta (Cs) nada más tomar posesión como concejal de Urbanismo era ejecutar cuanto antes la rehabilitación del kiosco de la música del Bombé y la recuperación de la muralla medieval de la calle Paraíso. Quería dar así una imagen de eficiencia en la gestión y distinguirse de los retrasos y los proyectos fallidos del tripartito. Sin embargo, más de un año después, ni una ni otra actuación han dado comienzo. Es más, ni siquiera tienen todos los contratos adjudicados.

El parón a causa de la pandemia, las carencias en los pliegos de contratación y hasta los inesperados errores en algunas de las ofertas presentadas explican en muy buena medida la demora en el arranque de estas obras. El retraso, en el caso de la muralla, supera ya los seis meses sobre las previsiones iniciales que se había marcado Urbanismo. En todo caso, la concejalía que dirige Nacho Cuesta acelera ahora para dejarlo todo cerrado a la mayor brevedad posible y para que, en consecuencia, tanto la rehabilitación del templete del Campo San Francisco como la de la muralla medieval puedan estar en marcha a la vuelta del verano.

Estas dos actuaciones son las más relevantes, pero el Ayuntamiento está tenido problemas también para contratar otros servicios. Entre ellos figura el de la reserva de diez plazas en residencias de ancianos. La primera licitación quedó desierta y el Gobierno municipal ha procedido a cambiar los pliegos de condiciones para captar el interés de las empresas del sector. Lo más llamativo es que las residencias ya no tienen que ser obligatoriamente del concejo.

El caso de la muralla medieval es el que mejor ejemplifica las complicaciones para cerrar la contratación de obra pública. Los problemas ya surgieron durante el pasado mandato. El tripartito lanzó la actuación, pero lo hizo por fases y no de forma íntegra, incumpliendo así la nueva legislación estatal en la materia. La obra quedaba pendiente.

Ya en el presente mandato, y tras decidir que la actuación la ejecutase la empresa Esfer por casi 600.000 euros el pasado mes de diciembre, Urbanismo sacó a licitación los servicios relacionados con el control y la dirección de los trabajos. El proceso quedó desierto, entre otras cuestiones, porque varios licitadores no cumplían lo estipulado en las leyes de contratación. Tras este revés, Urbanismo lanzó de nuevo los encargos. En este segundo intento acaba de adjudicar la dirección de ejecución, el de la coordinación de seguridad y salud, y el del seguimiento arqueológico de la actuación. Sin embargo, la dirección de obra volvió a quedar pendiente, ya que el único profesional que se presento, un arquitecto de la ciudad, no estaba inscrito en el registro oficial de licitadores, como resulta preceptivo. La intención de Urbanismo es salvar esta incidencia a través de un contrato menor. Fuentes del área aseguran que la contratación pendiente se solventará en breve, pero en estos momentos no hay una fecha concreta para el arranque de la actuación.

Tras haber sido objeto de varias reparaciones previas, el Ayuntamiento contrató en septiembre de 2014 una nueva actuación para la rehabilitación del kiosco de la música del Bombé. Los trabajos, adjudicados en 241.000 euros, quedaron paralizados en 2015 por diferencias con la empresa. A finales del pasado mandato, el tripartito aprobó el nuevo proyecto.

La intención de Urbanismo era iniciar las obras a comienzos de este año. Sin embargo, la licitación ha quedado desierta. Para sacar adelante la actuación, una de las medidas previstas es incrementar el presupuesto estimado de la obra, que se había fijado en 290.000 euros, y otras mejoras en los pliegos.

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