"Irrenunciable". Ante las reticencias que la revisión del Plan General de Ordenación (PGO) suscita en la patronal de la construcción, que aprecia un serio riesgo de paralización del sector si se cambia la normativa, Nacho Cuesta (Cs), concejal de Urbanismo, garantiza que el proceso en marcha no tiene marcha atrás. Y es que, a su juicio, actualizar el planeamiento aprobado en 2006 resulta clave "para la dinamización y para el desarrollo económico de la ciudad". "Tras catorce años en vigor, el PGO se ha quedado obsoleto en muchos puntos, lo que provoca constantes contradicciones con el régimen jurídico en materia urbanística. No podemos ser un obstáculo para la dinamización y el desarrollo económico de la ciudad, por lo que debemos dar encaje a las nuevas realidades en nuestro Plan General", subraya el primer teniente de Alcalde. Así, entre otras cuestiones, Cuesta destaca que figuras tales como la declaración responsable o la comunicación previa "se encuentran previstas en el plan vigente en unos términos muy limitados que no permiten desarrollar ambas figuras en toda su potencialidad, tal y como se regulan actualmente en la Ley Estatal del Suelo y en la normativa autonómica".
La revisión del PGO en marcha pretende concentrar cuanto sea posible la edificabilidad en el municipio, destinando ámbitos de suelo urbanizable de tipología mayoritariamente unifamiliar a viviendas de media o baja altura, con tres o cuatro pisos como máximo. "La idea es que sean construcciones muy respetuosas con el entorno, visual y arquitectónicamente atractivas. Edificios que exteriormente no se distingan sustancialmente de grandes viviendas unifamiliares, pero que supongan una relevante concentración de la edificabilidad", subraya Cuesta. A su juicio, esta estrategia general conlleva otra gran ventaja: "También nos va a permitir dejar mucho suelo libre para disfrute de la ciudadanía, establecer usos recreativos o habilitar simples zonas verdes", explica el concejal, que ya ha compartido estas tesis con los redactores del plan, Ramón Fernández Rañada, Víctor García Oviedo y Emilio Rico.
La idea, por tanto, es concentrar los aprovechamientos urbanísticos y corregir, al menos en parte, el diseño del Plan General de 2006, en que se incluían grandes reservas de suelo para vivienda unifamiliar, "con lo que ello supone de dispersión de la urbanización, tendido de redes generales, consumo de suelo o afecciones medioambientales", advierte Cuesta.
Respecto al documento de prioridades para la revisión del planeamiento que se aprobó durante el pasado mandato, con el tripartito en el Gobierno, una de las principales diferencias con el que está ahora en redacción hace referencia a la descalificación de suelos urbanizables, sobre todo en la periferia de la ciudad. Si la izquierda planteaba la reversión de numerosos enclaves, Cuesta sostiene ahora que "dada la naturaleza genérica del documento, la propuesta debe ser mucho más abierta". De esta forma -afirma el responsable de Urbanismo- los propietarios de esos suelos "tendrán la oportunidad de formular sugerencias que permitan al Ayuntamiento concretar con mayor precisión aquellos en los que existe interés de desarrollo y aquellos en los que no".
"No parecía razonable exponer un texto ya taxativamente cerrado. Debemos escuchar antes las sugerencias, ya que ese es precisamente el sentido del documento de prioridades y la finalidad del trámite de información pública previsto en la normativa", añade Cuesta sobre la revisión del plan.
En todo caso, el edil también reconoce que no va a quedar otro remedio que desclasificar algunos suelos hoy urbanizables. Y no sólo porque las expectativas de desarrollo y crecimiento de población previstas en 2006 hayan quedado absolutamente desfasadas tras la crisis económica que se inició dos años después, argumento esgrimido por el anterior equipo de Gobierno para justificar el programa de desclasificación, algo que Urbanismo considera ahora "importante pero no determinante". Y es que, según destaca Cuesta, "hay suelos que presentan problemas legales y materiales que impiden su desarrollo". El plan de 2006 no fue sometido a tramitación ambiental porque en el momento de su aprobación no se exigía, pero ahora la ley sí que impone ese trámite, dándose la circunstancia de que muchos de los ámbitos previstos entonces se encuentran en suelos inundables o sometidos a otro tipo de afectaciones, lo que complica su desarrollo. No obstante, precisa el edil, la tesis general va a ser que "en aquellos terrenos donde no concurran impedimentos que impongan la desclasificación tenderemos a plantear una redefinición de los ámbitos, tratando de mantener los aprovechamientos, aunque concentrados, y su delimitación.
Concentrar la edificabilidad es un objetivo que también se plantea Urbanismo para el área rural del concejo. Para ello se va a reducir la parcela mínima en la zona más central del núcleo, con la finalidad de que esos enclaves puedan recoger la demanda de vivienda unifamiliar. "Desde el punto de vista del impacto medioambiental, del consumo de suelo, del coste de urbanización y del tendido de redes es lo más sostenible y razonable, ya que, sin perjuicio de las necesidades que puntualmente puedan surgir, los núcleos ya cuentan con todos los elementos de urbanización y redes", subraya a este respecto Nacho Cuesta.
No obstante, el concejal de Ciudadanos y primer teniente de Alcalde reconoce de mano que "quizá sea necesario redefinir la extensión y dimensión de algunos núcleos, con la finalidad de no desdibujar su configuración tradicional". Llegado el momento, "se hará caso a caso y siempre de forma justificada, aplicando criterios razonables", precisa.
Además, con el objetivo de favorecer el desarrollo de parcelas de mayor tamaño, el nuevo planeamiento prevé unidades de actuación en núcleos rurales, no incluidas en el PGO en vigor. "Van a permitir al Ayuntamiento obtener parcelas para equipamientos en los núcleos rurales, con la finalidad de mejorar y reforzar los servicios públicos a los vecinos", destaca el edil de Urbanismo.
