Los nuevos depósitos de agua del Cristo entrarán en funcionamiento al final del verano, probablemente en septiembre, tras la instalación de un sistema de cloro con tres tanques. Se trata de una actuación que se está realizando estos días y que constituye el último paso de un proceso que ha durado 16 años y ha estado plagado de problemas. Además, los técnicos están haciendo pruebas en la traída de agua desde Cabornio, bajo el puente de Palomar, para cerciorarse de que la tubería de abastecimiento que conecta la potabilizadora con los depósitos del Cristo, ya reparada, resiste la presión del líquido.

El sistema de cloro consiste en la instalación de tanques de hipoclorito y una especie de piscinas de almacenamiento hechas de hormigón, que deben conectarse después a los depósitos de agua. En realidad, se trata de trasladar el cloro de los depósitos viejos a los nuevos.

Las últimas actuaciones importantes para la puesta en marcha de los depósitos del Cristo fueron la reparación de la tubería de abastecimiento que los conecta con la potabilizadora de Cabornio, en Ribera de Arriba, y la reciente reparación de la arteria principal del depósito de Cuyences, en el Naranco. Se hizo tras la sustitución de un tramo de tubería de fibrocemento por otro de fundición dúctil, material mucho más resistente a la presión.

La conexión entre la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Cabornio y los depósitos situados en el Cristo ha sido problemática. El Consistorio ovetense ya había recibido la obra en marzo de 2013, pero el Gobierno local, por entonces en manos del PP, se la devolvió de nuevo a la CHC en febrero del año siguiente al aparecer una serie de fallos en la traída. Estas deficiencias se hicieron especialmente patentes a la altura de la localidad de Palomar, en Ribera de Arriba, donde se llegaron a registrar varias fugas y, al menos, dos graves inundaciones. Esos problemas iniciales habrían quedado resueltos, pero el Ayuntamiento no recepcionó la obra hasta junio del 2016 y poco después volvió a detectarse otra avería. Por si esto fuera poco, la actuación se reanudó con la previsión de que los depósitos entraran en servicio a principios de 2017. Sin embargo, se produjo una nueva demora por la necesidad de llevar a cabo un modificado de obra consistente en asegurar la conexión de las nuevas instalaciones con las redes de Trubia y de San Claudio.

En paralelo, la reparación de la conducción de Cuyences supone la puesta a punto de un tramo de la red clave para muchos servicios. El depósito de Cuyences tiene conexión con los del Cristo y su principal función es la de abastecer de agua al HUCA y al populoso barrio de La Corredoria, así como otras zonas situadas a ese lado de la falda del Naranco. A mediados de julio, el concejal de Infraestructuras y primer teniente de Alcalde, Nacho Cuesta, visitaba la obra junto al director general de Infraestructuras de Oviedo, Ignacio Ruiz Latierro. "Se trata de una de las mayores inversiones del año y sirve para cumplir con una vieja demanda", indicó entonces el edil sobre los cerca de 700.000 euros invertidos para sustituir la vieja conducción de fibrocemento del depósito de Cuyences por un material mejor.

Además, Cuesta destacó la actuación como una prueba de la apuesta del Consistorio por la inversión y subrayó la importancia de las obras públicas para ayudar a superar la crisis económica derivada del coronavirus. "Este año fue el de los proyectos y el 2021 será el de las realidades", dijo en un claro aviso sobre la intención del gobierno local.