Su experiencia como director de Cáritas en Asturias le cambió la visión del mundo, su imaginario personal y el contenido de unos relatos que siempre había escrito y que ahora, ocho años después de su jubilación, Publio Lorenzana publica bajo el título "Luna invasora y otros cuentos". Su trayectoria literaria se remonta a León, tierra natal en la que despertó su vocación y que le llevó a formar parte del grupo que renovó la poesía española con la revista "Claraboya", que acogió, entre otros, a Luis Mateo Díez o Agustín Delgado.
- Su primer libro publicado.
-Es una selección de veinte cuentos de los muchos que escribí después de jubilarme y de haber logrado "homologar" mi manera de escribir.
- Los cuentos tienen un hilo conductor, las relaciones humanas, sociales, familiares...
-Ser director de Cáritas en Asturias cambió mi imaginario, vi la realidad desde una perspectiva que jamás habría podido ver de otra manera. En estos relatos se narran algunas de aquellas experiencias personales, pero siempre desde una perspectiva literaria.
- La familia agrupada en la "casa" es para usted una unidad de medida.
-La casa se presenta en estos cuentos como un tótem donde se tienen que dar las relaciones familiares, es el elemento que aglutina a la familia.
- Con el confinamiento ha cambiado nuestra visión de la propia vivienda. Ahora parece ser el único lugar en el que estamos a salvo del virus.
-Nos ha demostrado la necesidad absoluta que tenemos de disponer de una casa y ha dejado al descubierto, más aún, la sensación de desamparo que significa no tenerla. Para mí la casa tiene una dimensión histórica, no es el lugar en el que vivo, sino que tiene el significado de la familia como grupo cohesionado. No hay casa sin familia ni familia sin casa.
-Los personajes de sus cuentos buscan un mundo mejor.
-Más bien plantean situaciones a través de sus problemáticas individuales. La literatura no debe dar soluciones sino plantear problemas.
- ¿Cree que esta pandemia nos servirá para hacernos mejores?
-No. En lo individual pueden salir mejores personas, pero como sociedad saldremos dañados. Soy una persona optimista, siempre se puede ir a mejor. Ahora mismo no soy pesimista con la situación, aunque sí estoy triste.
- Sus personajes viven en la cuerda floja.
-Es nuestra condición natural, ir tomando decisiones para sobrevivir y llegar al siguiente paso para tomar otra decisión.
