Seis de cada diez taxistas de Oviedo que ayer ejercieron su derecho al voto aprobaron poner en marcha una regulación de descansos para adaptar la oferta del sector a la caída estrepitosa de la demanda, mientras dure el estado de alarma. La propuesta ganadora en la votación contempla que 104 vehículos de los 312 existentes en la ciudad estén parados de lunes a viernes, mientras que los fines de semana trabajarían cada día solo 104 vehículos. La propuesta, que busca que las jornadas resulten más rentables para los trabajadores golpeados por el cierre de sectores como la hostelería, debe ser ahora aprobada por la concejalía de Seguridad Ciudadana, y, según Gabino Pérez, presidente de la Federación Asturiana del Taxi, podría entrar en vigor “este mismo lunes”.

Los profesionales debían elegir entre la iniciativa ganadora y otra alternativa que consistía en dividir los 312 taxis en cinco grupos, obligando a cada grupo a descansar al menos un día de lunes a viernes y permitir un máximo de 156 vehículos en activo los sábados y los domingos.

En total participaron en la votación 233 personas, de las que 142 (61%) optaron por la opción ganadora y 59 (25,3%) se decantaron por la perdedora. Además, hubo 28 votos en blanco y cuatro nulos.

Las dos asociaciones mayoritarias del taxi en la ciudad, Asotaxi y la Federación Asturiana del Taxi, acordaron esta misma semana la necesidad de adaptar la oferta del sector a una demanda que ha caído en un 60% en horario diurno y un 95% por las noches desde el inicio de la pandemia el pasado mes de marzo y los taxistas dicen cerrar sus largas jornadas laborales con una recaudación irrisoria ante la falta de trabajo.

Los profesionales ven en esta solución “temporal” un intento a la desesperada por mejorar la situación de un sector duramente golpeado para el que no existen ayudas directas específicas. “Si el estado de alarma se prolonga mucho en el tiempo, algunos no tendrán más remedio que dejarlo”, vaticinan los colectivos del sector.