Mantener una adecuada ventilación en las aulas se ha convertido en una prioridad para los centros educativos a consecuencia de la pandemia de covid-19. Para gestionar mejor la adecuada ventilación de las clases, varios colegios ovetenses están instalando medidores de CO2 en sus aulas, unas inversiones para las que están encontrando el apoyo de las asociaciones de madres y padres (AMPA).

Tanto el colegio público Baudilio Arce como el concertado Santa María del Naranco-Alter Vía cuentan ya con estos ingenios en sus aulas. En el Baudilio Arce, la AMPA ha dotado al centro de un detector portátil, que está operativo desde principios de mes. La asociación ha anunciado la próxima convocatoria de una asamblea informativa sobre los beneficios de las mediciones. En el caso del Santa María del Naranco, la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) ha financiado la instalación de un total de 89 detectores de CO2, uno en cada aula del colegio.

Los medidores han sido desarrollados por una empresa asturiana, Ingenium. Básicamente, los detectores están regulados en base a un límite máximo de CO2 en el aire, fijado en 700 partes por millón pero que puede ser regulado. En el caso de que los niveles de CO2 se mantengan por debajo de ese límite, el aparato permanece en silencio, con apenas un indicador LED de color verde iluminado. Si se supera el límite, se enciende un indicador LED rojo y el aparato comienza a realizar avisos sonoros, que sirven de indicador a los maestros para que procedan a ventilar el aula.

Además, con los aparatos se puede realizar una monitorización centralizada de los niveles de ventilación de todas las aulas, que se puede supervisar desde un ordenador. Una manera de controlar qué aulas se ventilan de manera más eficaz, y en cuáles hay que reforzar esas pautas.