Vivir en el centro de Oviedo, en un edificio con solera, a la vez dotado de las últimas innovaciones en cuestiones de eficiencia energética y tecnología, ya es posible, con la reconstrucción de la casa ubicada en el número 13 de la calle Campoamor, propiedad de la familia Cué desde hace más de un siglo, en cuyos bajos se ubicó una de las mueblerías más conocidas de la ciudad, que en un futuro posiblemente volverá a instalarse en su lugar original.  

La obra, gestionada por la empresa Aes Norte, directamente dirigida por Roberto Domínguez, project manager de la compañía, se ha cuidado hasta el último detalle. La fachada original se ha mantenido y todo el interior se ha hecho nuevo de acuerdo con los parámetros más actuales de eficiencia enérgica.

En total se han realizado diez viviendas en cinco alturas y un ático que ocupa la planta entera, con una gran terraza de 37 metros cuadrados que da a toda la fachada principal, tal como explica Roberto Domínguez, que atesora notable experiencia en la rehabilitación y comercialización de edificios históricos destinados a viviendas o a oficinas, como el que en su día sufrió un incendio la calle Melquíades Álvarez, 25.

La obra empezó a efectuarse hace dos años y medio con la demolición de los interiores, cuidando de preservar la fachada principal, que conserva sus ornamentos originales.

El ático es la joya de la corona de un edificio en el que resulta difícil no encontrar detalles asombrosos de calidad y buen gusto. “Hemos querido dotar a todo el edifico de eficiencia energética, sin perder las características que tenía”, explica Domínguez. La carpintería es otro de los aspectos que se han cuidado al máximo, además de elementos decorativos como los dinteles de las galerías y demás detalles ornamentales.

La distribución interior se ha realizado con tres pisos en la primera planta, dos en la segunda, tercera y cuarta, y el ático, que tiene cuatro dormitorios, chimenea de leña y una doble altura con biblioteca, entre otros detalles que no resulta fácil encontrar de obra nueva. La fachada trasera se ha reconstruido pero con aislamientos térmicos y acústicos actuales. En realidad, los pisos son cajas acústicas totalmente aisladas en techos, paredes, suelos y bajantes. El sistema de calefacción por aerotermia es el nivel más alto que existe en estos momentos. El ascensor está dotado de una tecnología similar a la de la F1: para recargar las baterías y ahorrar electricidad hasta el punto de subir y bajar hasta 150 veces sin utilizar energía eléctrica; el sistema de vigilancia es por vídeo, las llaves amaestradas, el portal con sistema de apertura electrónica y hay hilo musical en las zonas comunes. La escalera, reconstruida, es de madera de iroko con un lucernario que ilumina el interior. La barandilla es la misma, restaurada. La distribución ha cambiado totalmente, por ejemplo, se da más importancia a los salones. Los materiales nobles con revestimientos naturales guardan la esencia del edificio.