La Universidad de Oviedo se abre a “ajustar” las dimensiones del megacampus previsto para los terrenos del antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en el barrio del Cristo, a fin de “satisfacer los intereses de las diferentes administraciones y de la ciudadanía” en ese enclave. Eso sí, siempre bajo la premisa inexcusable de que una “parte sustancial” de la parcela debe destinarse a usos académicos. Esto es lo que puso de manifiesto ayer el rector, Santiago García Granda, candidato a la reelección en los comicios del 12 de febrero, a raíz del desencuentro entre el Principado y el Ayuntamiento sobre el tratamiento que debe tener el viejo HUCA en la revisión del planeamiento para dar vía libre a los nuevos usos. El gobierno ovetense es partidario de vincularlos claramente y desde ya al ámbito universitario, mientras que la administración autonómica se decanta por un modelo “más abierto” que permita facilitar los trámites si, llegado el caso, se quiere dar otro destino a parte de los terrenos.
Este diario contactó ayer con el oponente de Granda en la pugna por el rectorado, Ignacio Villaverde, quien no quiso pronunciarse sobre el asunto.
En una entrevista publicada el pasado domingo por LA NUEVA ESPAÑA, la directora general de Urbanismo del Principado, Sonia Puente, detallaba la postura del ejecutivo de Barbón sobre el plan del viejo HUCA. “A efectos de planeamiento, sería preferible que eso tuviera un uso de equipamientos público, pero sin definir concretamente. Todos tenemos claro que la vocación es claramente universitaria, pero a la vista de las constricciones que nos pone el planeamiento cuando queremos dejarlo todo muy cerrado y le ponemos una calificación exacta, de un uso muy concreto, puede ocurrir que el día de mañana el Ayuntamiento o el Principado necesite que alguna de esas parcelas tenga otro destino y que eso implique un trámite burocrático y administrativo que queremos evitar”, afirmó Puente, para quien, “no cabe duda” de que el futuro del viejo HUCA “será mayoritariamente universitario”.
Por su lado, el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, deja clara la “absoluta disposición del Ayuntamiento a colaborar con el Principado para dar una solución a un ámbito de oportunidad que lleva demasiado tiempo abandonado”. El también teniente de Alcalde asegura que el Ayuntamiento “está de acuerdo con el plan propuesto para la zona”, aunque insiste en que, a juicio de la administración municipal, “habría que definir más los usos que queremos dar a los equipamientos y que deben ser prioritariamente universitarios”.
Para Santiago García Granda, el recinto hospitalario abandonado desde el traslado a La Cadellada supone “el espacio lógico de expansión del campus del Cristo y, de una manera más global, el lugar idóneo para la reorganización de las diferentes infraestructuras académicas” en base al plan aprobado en 2017 y que, según indica, “podría ajustarse” ahora para facilitar el desarrollo y los nuevos usos de la parcela.
“Se pretende concentrar toda la oferta formativa de en la ciudad en dos campus, de manera que todas las titulaciones afines queden próximas y se facilite el flujo de estudiantes y profesores”, defiende la Universidad en su plan estratégico
La pretensión inicial de la Universidad pasa por trasladar al Cristo las facultades de Minas (actualmente en la calle Independencia), la de Psicología (plaza de Feijoo) y las de Ciencias, Geología y Ciencias de la Educación I y II (Llamaquique). Todo ello permitiría liberar 60.906 metros cuadrados de terreno en pleno casco urbano. El plan incluye el mantenimiento de los equipamientos deportivos del campus de los Catalanes (San Gregorio), mientras que el edificio histórico de la calle San Francisco quedaría para usos institucionales. En el Milán permanecería el campus de Humanidades. La operación, tal y como se ha planteado, culminaría con el reagrupamiento de las sedes judiciales de la ciudad en los edificios de Llamaquique, aprovechando los espacios que dejaría la Universidad tras la mudanza al Cristo.
“Con esta propuesta se pretende concentrar toda la oferta formativa de en la ciudad en dos campus, de manera que todas las titulaciones afines queden próximas y se facilite el flujo de estudiantes y profesores, mejore la sinergia entre los distintos grupos de investigación y se reduzcan costes de explotación de recursos”, defiende la Universidad en su plan estratégico.
En el proyecto ganador del concurso de ideas para los terrenos del viejo HUCA, del que este diario ya dio cuenta en 2017, se reservan unos 90.000 metros de terreno para ampliar el campus. En concreto, se plantean un edificio de vicerrectorado en las inmediaciones del parque del Truébano, una casa del estudiante y una residencia de alumnos de carácter intergeneracional en el antiguo edificio de Silicosis, así como aularios y departamentos para facultades de ciencias y de sociales.
Además, tanto García Granda como Villaverde abogan por aprovechar la cesión por parte del Ayuntamiento de los terrenos que hoy ocupan los depósitos de agua del Cristo para contribuir a la expansión del campus del barrio.
