Desde el corazón peatonal del Antiguo, Oviedo quiere extender sus arterias. Los carriles bici, testados con pintura amarilla y anunciados en varias ocasiones, podrían recibir doce millones de Europa para su ejecución, esta vez pautada y definitiva. Para llenar de vida los más de cien kilómetros proyectados, el Consistorio solicitará otro medio millón de euros para montar su propio sistema de alquiler público de vehículos de movilidad personal (bicicletas eléctricas y patinetes). A su vez, otro de los proyectos buscaría alimentarlos. Aprovechando la fracasada operación de los aparcamientos de Cinturón Verde se instalarían infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos (2,5 millones de euros). Las peatonalizaciones “blandas” entre Mendizábal y Rosal (3 millones) marcarían un doble hito. El fin de su propio proceso de peatonalización y el comienzo de una “zona cero” en el casco viejo. Con otros cuatro millones el Ayuntamiento ejecutaría una operación similar a la que llevó a cabo Manuela Carmena en Madrid, una “zona de bajas emisiones para el centro histórico”. Alejar los coches del Antiguo. Así, el casco viejo se convertiría en el centro de una ciudad sobre dos ruedas que pretende crecer de la misma forma. Para el “anillo verde”, el Consistorio pedirá otros dos millones de euros. La idea es que el progresivo avance del hormigón sobre el campo vaya generando nuevas sendas peatonales y ciclables. En total, unos 25 millones de euros que serían la inyección inicial para darle una vuelta sostenible a la movilidad en la ciudad.
Los proyectos municipales que se han ido conociendo en los últimos meses empiezan a tomar forma de gran proyecto conjunto: el “Oviedo verde”. El carril-bici pintado por Seguridad Ciudadana pasa sobre los puntos de recarga planeados ahora por Urbanismo. Otros proyectos, como el de coser los barrios a ambos lados de la Ronda sur con una pasarela “ciclable”, engarzan con el mapa y los espacios en blanco, como el viejo HUCA, están pendientes de Planes Especiales de desarrollo urbanístico que avanzan en la misma línea. Una ciudad más ecológica y apta, por fin y gracias a la electricidad, para las dos ruedas.
Antes de que lleguen los fondos europeos, todavía de cuantía y forma incierta, la ciudad seguirá dando pasos por su cuenta. Desde la concejalía de Urbanismo destacan que “en los próximos meses” se plantea seguir instalando aparcamientos para bicicletas por los distintos distritos de la ciudad. El teniente de Alcalde y responsable del área, Nacho Cuesta señaló que la idea común de los planes que optan a los fondos europeos son proyectos “de futuro que preserven nuestro entorno urbano y rural”. Desde el grupo municipal de Somos, Ignacio del Páramo apuntó que aunque celebra iniciativas como la redacción de un Plan Especial para el Naranco o el anillo verde, considera que el Consistorio no ha sido “lo suficientemente ambicioso” con los fondos de Europa.
Del inventario de proyectos que se presentarán destaca el plan de “bajas emisiones” para el casco histórico. Cuatro millones de euros que se destinarían a delimitar esa zona en la que, al modo del conocido “Madrid Central”, se redujese al mínimo la presencia de los vehículos contaminantes. Esto, que en Oviedo es sencillo, ya que hay pocas calles que no sean peatonales en el casco viejo se vería favorecido por varios proyectos de peatonalización que ya están sobre la mesa. El Consistorio pedirá a Europa otros tres millones de euros para finalizar la peatonalización del eje Mendizábal-Martínez Marina. Y, en el anexo de inversiones del Ayuntamiento también hay otra partida destinada a la peatonalización de la calle Paraíso. Desde el corazón del Antiguo, la idea es que los doce millones de euros de Europa ayuden a trazar unas arterias de movilidad sostenible que, posteriormente, se irían multiplicando según crezca la ciudad.