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Un parking y un proyecto hostelero buscan relanzar el Centro Cívico y Llamaquique

Una promotora asturiana compra las dos plantas de aparcamiento del complejo comercial al “banco malo” para ponerlas ya a la venta

Una de las entradas al aparcamiento del Centro Cívico. | Luisma Murias

Puede que el Centro Cívico no llegue a ser nunca ese “proyecto de cine” que sigue anunciando en tres banderolas de lona indestructible, pero el complejo comercial aguanta, pese a todo, los tiempos de la crisis pandémica y se dispone a intentar reinventarse una vez más. Una promotora se acaba de hacer con el aparcamiento vinculado al espacio comercial para lanzar las plazas a la venta de forma inminente y, al mismo tiempo, distintos inversores analizan un gran proyecto hostelero vinculado con el complejo.

Según ha podido saber este periódico, la promotora Aernus firmó ayer la compra a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) de las dos plantas de aparcamiento del Centro Cívico, anejo al de Llamaquique, con el que comparte algunos accesos, pero independiente en su gestión y titularidad.

Para Aernus, con operaciones en marcha en la zona de Gijón, la adquisición del parking del Cívico supone su aterrizaje en la capital y, también, una doble estrategia para “mejorar la movilidad en la zona y darle más vida a todo el complejo”, según aseguraba Hilario Riesgo, socio, junto a Germán Posada, de la promotora.

Las plazas de aparcamiento del Cívico saldrán ahora a la venta a través de la inmobiliaria Ático 10, que se encargará de comercializarlas.

El objetivo, indican, es tratar de vender las casi 200 plazas entre residentes de la zona y trabajadores, dado que se trata de un distrito con un alto número de funcionarios, tanto en el edificio de usos múltiples como en las consejerías vecinas y las que ocupan los laterales del edificio de Calatrava, en Buenavista.

Los responsables de comercializar las plazas de aparcamiento indican que saldrán a un precio “muy competitivo” y que ya han empezado a recibir ofertas antes de la puesta a la venta, incluso de aficionados al fútbol, seguidores del Real Oviedo de fuera de la ciudad que quieren disponer de un aparcamiento en el centro para desplazarse desde allí a la Ería con tranquilidad los días de partido.

El aparcamiento fue propiedad de Comamsa, que desarrolló el proyecto del Centro Cívico en sus inicios. En la actualidad, las dos plantas de estacionamientos, con la excepción de unas pocas plazas de titularidad privada, estaban en manos del “banco malo”, que sigue siendo el propietario de algunos locales comerciales en la zona comercial pero que se desprende, con esta operación de venta a Aernus, de su gran activo en la comunidad de propietarios de un complejo que busca una nueva oportunidad.

La venta de las plazas de aparcamiento podría aportar más movimiento al centro comercial, o al menos en eso confían, como efecto colateral de la operación, los promotores. El Cívico busca también, con otro proyecto a gran escala, sacudirse la inercia de los últimos años.

Según confirmaron fuentes conocedoras de la operación, la comunidad de propietarios está analizando una idea vinculada al ámbito de la hostelería que podría transformar el complejo y también el barrio de Llamaquique. Aunque no han trascendido detalles de la operación, las mismas fuentes indicaron que el Ayuntamiento ya conoce los planes y apoya inicialmente el posible desarrollo de un este gran proyecto de restauración, basado en un formato diferente al de otras experiencias que se hayan desarrollado en el complejo.

A la espera de poder aterrizar este nuevo plan, el Centro Cívico Comercial mantiene, pese a la crisis, una actividad sin demasiados altibajos. La ocupación de los locales comerciales y de las oficinas se mantiene estable y ronda, según fuentes de la comunidad de propietarios, en torno al 59 y el 60%.

Proyectos aparcados

El aparcamiento y el proyecto de hostelería buscan ahora convertirse en una palanca para relanzar el complejo y también el barrio. Atrás queda el intento, antes de la pandemia, de recuperar la idea de hacer unos cines, que llegó a tener ofertas en firme por parte de dos cadenas de exhibición nacional y la posibilidad de incorporar varias franquicias de conocidas cadenas de restauración. Pese a los intentos de la comunidad de propietarios de llevar ese planteamiento a buen puerto, no lograron encontrar un inversor con 3,5 millones, el coste estimado para levantar la planta donde se ubicarían las salas de cine.

Otro proyecto aparcado en la historia reciente del Centro Cívico, y vinculado, precisamente, a esa edificabilidad disponible y todavía no desarrollada, fue el de convertirse en un espacio vinculado a la reunificación de las sedes judiciales. En aquel momento esa idea se trasladó al Vasco y a un nuevo proyecto para hacer allí un Palacio de Justicia. La UE lo echó por tierra y aunque las sedes judiciales siguen dispersas, el Centro Cívico no fue reclamado por el Principado para meter más juzgados en la zona.

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