Dibujos, collages de pintura sobre acetato y esculturas conforman la nueva exposición de la sala “estudiopablodelillo”, una muestra en la que el protagonista es quien da nombre a la sala, el galerista y artista asturiano Pablo de Lillo. Catorce obras han sido colocadas con mimo en el espacio, en el 12 de la calle General Zuvillaga, hasta conseguir “Piel de oficina”, una muestra que estará abierta hasta el 29 de mayo. Son los ejemplos perfectos de la trayectoria profesional de su autor, un referente del arte contemporáneo para su generación (1969).

La línea, la geometría o el formalismo están muy presentes en todas las piezas, seleccionadas de una vasta producción de casi 30 años, desde 1994.

“Me interesaba ver cómo coexisten en un mismo espacio obras actuales con otras de hace 15 ó 30 años. Es una forma de marcar las constantes de tu trayectoria y también es una puesta al día de lo que vengo haciendo. Mi obra, más que avanzar en línea recta, va en espiral porque vuelvo siempre a los mismos lugares desde otro ángulo”. Lillo recibió ayer a los primeros visitantes de la exposición durante la inauguración oficial explicando intenciones y matices.

La comisaria de la muestra, María Menchaca, abogó por un reconocimiento a la trayectoria artística de Pablo Lillo: “Ha vendido mucho en el extranjero, sobre todo en Alemania, pero el mercado español todavía no le ha reconocido como se merece”.

De cara al futuro y al margen de su actividad como artista y galerista, De Lillo planea llevar a artistas contemporáneos asturianos a otros centros europeos, como Alemania o Portugal.