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Los tesoros firmados de Conchita Quirós

La célebre librera fallecida en febrero guardaba en su biblioteca privada más de mil volúmenes dedicados por autores

Conocemos la librería secreta de Conchita Quirós

Conocemos la librería secreta de Conchita Quirós Elena Vélez

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Conocemos la librería secreta de Conchita Quirós Carlos LAMUÑO

En la zona más privada de la librería Cervantes cogen polvo un millar de tesoros. En la casa de los libros hay una habitación reservada para los más especiales, aquellos que los escritores fueron dedicando a la decana de los libreros, Conchita Quirós, fallecida el pasado mes de febrero. En el que fuera su despacho hay tomos de autores de primera línea entre los que se dejan ver títulos de todo tipo. Algunos, estrechamente ligados a la historia de la casa, como “Mañana no será lo que Dios quiera”, de Luis García Montero, en el que se aborda la biografía novelada del poeta asturiano Ángel González. En la primera página, García Montero dedica, a boli azul, el tomo a Conchita Quirós porque esa historia “es la historia” de la librería Cervantes y de su padre, su fundador, Alfredo Quirós. Y la historia de Cervantes es la historia de los libros y de sus autores.

Otro Alfredo Quirós, que se diferencia interponiendo el segundo apellido, Amieva, recorre el espacio atestado de libros. El sobrino de la librera, en medio de los preparativos para la celebración del día del libro y ultimando las obras en las que está inmersa la librería, saca un rato para pasar la mano por ese legado que le dejó su tía. El tesoro y testimonio de estrecho trabajo con el mundo editorial y de la cultura. Hoy, gerente del establecimiento, recuerda cómo al principio de su andadura entre las paredes de la librería de la calle doctor Casal, le preguntaba que para qué quería más libros. Ahora, nostálgico, mira la cantidad de libros acumulada y admite entenderlo.

La biblioteca privada de Conchita Quirós es fruto de una estrategia orquestada durante años. Cuando un escritor famoso venía a los Premios Príncipe (o Princesa) se le hacía pasar, fuera como fuera, por la Librería Cervantes. Conchita Quirós insistía, perseguía, invitaba a comer y, al final, hasta se hacía amiga de grandes escritores venidos de todas las partes del mundo, firmas como Amin Maalouf, Siri Hustvedt y Paul Auster o Ryszard Kapuscinski. La librería, que cumplirá en septiembre sus primeros cien años, se había ganado a pulso estar en el circuito de presentaciones de libros. A lo que se sumó el olfato y las ganas de apoyar de la librera. Se dice que Quirós le susurró al oído a Julia Navarro “vas a tener muchísimo éxito” cuando estaba presentando su primer libro en Cervantes. A los pocos días le aprobaron la segunda edición, y la escritora no dejó de presentar sus libros en Cervantes porque “le daba suerte”. De ella hay varios tomos firmados. “Qué te voy a decir que no sepas”, le escribió en una de las páginas en blanco Navarro a Conchita en uno de sus libros.

Y, con los de más acá, de los que también hay infinidad de tomos, pasaba un poco lo mismo. En estos el cariño que se ve en las dedicatorias no es solo cercano, también es muchas veces reverencial. Jorge Salvador, Xuan Bello, Gustavo Bueno, Pepe Colubi... Todos tienen sus ejemplares en la biblioteca privada de Conchita Quirós. Al que, desde ayer, se sumó un nuevo libro, el del centenario de la librería, “Miscelánea de Cervantes”. El tomo, un compendio del saber contenido en los libros de la librería es una suerte de juego de referencias diversas. “Tal vez, el más “fantabuloso” libro en cuya portada pudo soñar nunca Cervantes ver su nombre impreso”. En él, entre otras cosas, se recorre esa historia que ya es centenaria. Y, otra vez aparecen las rúbricas de los escritores, esta vez recogidas del libro de firmas. Alfredo Quirós Amieva bromea con ello: “Cuando venían aquí les hacíamos trabajar”. Firmaban para el público, firmaban para la propietaria y, antes de salir, dejaban su dedicatoria en el otro gran libro de Cervantes. Alma Guillermoprieto, Mary Beard, Antonio Fraguas “Forges”, Claudio Magris, Mario Vargas Llosa, Dominique Lapierre o Emilio Alarcos Llorach dejaron su impronta en una librería centenaria que se dice moderna y que tiene vocación de ser eterna. Por eso celebran “su primer centenario”, como dijo Conchita Quirós en la última entrevista que concedió a este periódico en octubre del pasado año. A la decana de los libreros se la homenajeará hoy, con un acto al que acudirán autoridades –que también son amigos y clientes– como Adrián Barbón. Hoy, como ya es costumbre, un sinfín de autores estará firmando libros en el local y, a las 13.00 horas, se colgará un cuadro de Conchita.

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