Enrike Solinís, con sus laudes y guitarras, fue el protagonista del concierto de la Primavera Barroca, que se celebró en el Auditorio de Oviedo.

Fue un concierto muy dinámico y didáctico, en el que Solinís compareció rodeado de todos sus instrumentos y fue explicando al público sus características cuando tocaba uno de ellos. La sesión musical resultó un delicioso paseo entre el Renacimiento y el Barroco, que fue muy del agrado del público congregado en la sala de cámara del auditorio ovetense. Todos disfrutaron a lo grande con la interpretación de piezas de compositores españoles, británicos y alemanes incluidos en el programa. Sorprendió cómo Solinís adaptó de manera muy personal para el laúd piezas inicialmente compuestas para tecla. Entre las obras más valoradas por los asistentes estuvo la composición de Luis de Narváez “Guárdame las vacas” o las danzas barrocas de Gaspar Sanz. El concierto osciló, siempre con brillantez, entre el recogimiento musical del “preludio” de John Dowland y la “fantasía” de Alonso de Mudarra.