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El Auditorio se rinde al Barroco

“Vespres d’Arnadí” y la mezzosoprano Vivica Genaux completan un concierto redondo de gran exigencia

“Vespres d’Arnadí” y Vivica Genaux, ayer, durante el concierto. | Luisma Murias

Salva de aplausos, estruendosa ovación y gritos de “¡Brava!” para una Vivica Genaux muy efusiva que saludaba al público ovetense y le devolvía el cariño demostrado tras el aria de Hasse que acaba de interpretar a modo de propina. Ese fue el epílogo a un concierto espectacular de la formación “Vespres d’Arnadí”, creada en 2005 por Pere Saragossa y Dani Espasa.

En esta ocasión se planteaba, al igual que en el concierto inaugural del ciclo de este año a cargo de “Il Gardellino”, un recorrido por la corte de Dresde, con obras de compositores como Hasse, Zelenka o Pisendel. Pero si el concierto, programado por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo se enmarcaba dentro del ciclo “Primavera Barroca”, podemos decir que la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe fue ayer el jardín particular de Vivica Genaux.

La mezzosoprano norteamericana es una vieja conocida del público ovetense, ya que interpretó la ópera “Rinaldo” hace tan sólo dos años, y su especialización en el repertorio lírico barroco, particularmente en las obras de Hasse (que le han servido para ser galardonada con el Premio de la Fundación Johann Adolf Hasse), la hacían idónea para este concierto. Y lo cierto es que no defraudó las expectativas. Ante una sala completamente llena, que obligó a colgar en taquilla el cartel de “localidades agotadas”, Vivica dio una auténtica lección de canto, desarrollando las coloraturas con una facilidad casi insultante, sin perder colocación ni proyección en ningún momento gracias a un fiato superlativo.

Pero el éxito fue compartido con la agrupación dirigida por Dani Espasa. Durante la hora y media de concierto, la orquesta barroca se movió como un solo componente bajo las indicaciones de Espasa, extrayendo un sonido especialmente rico y matizando cada una de las obras que figuraban en el programa. Con una precisión meridiana se encargaron de arropar a la mezzo y de lucir un color muy atractivo, gracias a una cuerda brillante y a la sonoridad de las maderas y las trompas naturales.

El altísimo nivel del ensemble barroco y los inverosímiles gorgoritos de Vivica llevaron a los asistentes a la locura, en un ciclo que languidece y que se despide hasta el concierto de clausura el próximo 26 de mayo con la asturiana agrupación de los hermanos Zapico, “Forma Antiqva”.

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