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Castañuelas y partidas de rana para alegrar el San Juan más menudo

Actos en La Corredoria y el Antiguo sacan a los niños a la calle: “Sin fuego también se disfruta”

Miembros del grupo folclórico “Xeitu”, bailando, ayer, en la plaza de la Catedral. | Nazaret Quintas

Hacer pócimas secretas, diseñar sus propios farolillos, echar una carrera de sacos o jugar una partida a la rana. Estos fueron solo algunos de los planes que ayer sacaron a cientos de niños ovetenses a la calle para conmemorar por el día una noche de San Juan sin hoguera. “Sin fuego también se disfruta”, explicaba con gran soltura el pequeño de 7 años Juan Gálvez mientras miraba, “ojiplático”, a los miembros del grupo folclórico “Xeitu” animar a la gente con sus bailes frente a la Catedral.

Por la izquierda, una xana, Carmen Valledor, Claudia García y Javier García, jugando a la rana, ayer, en la plaza de la Catedral. | Nazaret Quintas

La explanada fue uno de los tres escenarios principales del ocio diurno con motivo del solsticio de verano. Allí, un grupo de animadores caracterizados de personajes mitológicos asturianos animaban a los pequeños a descubrir los juegos de sus ancestros. “Nunca lo había probado y la verdad es que me gusta mucho”, murmuró, muy tímida, una pequeña tras echar una partida al juego de la rana.

Participantes en los juegos tradicionales de la plaza del Conceyín de La Corredoria. | Irma Collín

El restallar de las castañuelas y el jolgorio de los participantes en actividades como el tiro de cuerda o las carreras de saco convirtieron durante unos minutos la explanada en una pequeña fiesta, si bien la mayor concentración de niños tuvo lugar en la plaza Daoíz y Velarde. Fue allí, junto al Fontán, donde grupos de niños se lo pasaron en grande tomando parte en talleres de temática diversa.

Niños divirtiéndose en una de las dieciséis barracas instaladas por los feriantes en el barrio. | Irma Collín

Separados en mesas o grupos de sillas de unos diez, los infantes escucharon la narración de cuentos, elaboraron pociones mágicas y acometieron algunas manualidades, mientras sus padres disfrutaban de unas sidras en las terrazas de los locales hosteleros cercanos.

En La Corredoria, la plaza del Conceyín se convirtió, a falta de sus clásicas verbenas por culpa de las restricciones sanitarias, en el epicentro del disfrute infantil.

Los niños del barrio estrenaron con satisfacción las 16 barracas instaladas por unos feriantes encantados de volver a la actividad tras más de un año de parón. Paralelamente, una carpa acogió también juegos tradicionales. A estos actos se sumará hoy la celebración de la clásica misa de San Juan en el templo de la parroquia.

Por último, el Auditorio también sirvió de escenario para dar la bienvenida al estío mediante a un concierto extraordinario protagonizado por el grupo “EntreQuatre”, acompañado por la OSPA. El cuarteto de guitarras, fundado en 1984 y compuesto en la actualidad por Sheila González, Manuel Paz, Jesús Prieto y Carmen Cuello, interpretó, junto con la orquesta sinfónica, las obras “El libro de los lugares perdidos” y “Asturias”, ambas del compositor Javier Blanco, en el marco de un recital patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA para acompañar de música al que podría ser, en caso de que la ciencia consiga derrotar el virus, el último San Juan marcado por las restricciones sanitarias.

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