La castaña valduna es la joya de Las Regueras, una variedad única en el mundo y cuya explotación quiere impulsar en los próximos años. Para ello confían en captar fondos europeos y seguir colaborando con el Principado de Asturias para continuar recuperando la producción de su castaña. El concejo recupera este fin de semana en el entorno del colegio de Santuyanu, la XXI edición del Certamen Exposición de la Castaña Valduna. Además, este año, se organizarán las primeras jornadas gastronómicas de la castaña valduna en siete restaurantes del concejo. La castaña no solo se asa y, según explicó ayer Fernando Álvarez, en representación de la asociación de la Asociación de hostelería del concejo, se servirá pote con castañas y cabrito guisado. El pote con castañas es, de hecho, según Álvarez, un antecesor de la fabada, previo al descubrimiento de América.

En la presentación en el salón de plenos del consistorio participaron también la alcaldesa de Las Regueras, Maribel Méndez Paco Valdés, presidente de la Asociación para la recuperación de la castaña valduna de Las Regueras (Arecasval). Nacido hace más de dos décadas con el objetivo de impulsar la recuperación de una variedad de castaña única, el certamen regresa a Las Regueras tras la cancelación de 2020 como consecuencia de la pandemia, convocando a 35 puestos de agroalimentación especializados en castaña y productos tradicionales.

Tal como expresó la regidora local, Maribel Méndez, las previsiones de producción son optimistas a expensas del fruto que se pueda recolectar esta misma semana. “Es un buen año de castañas. Creemos que la valduna puede llegar a alcanzar los 6 euros el kilo. Es una castaña genéticamente única”, expresó la alcaldesa de Las Regueras. Esta, explican, es “única”, más dulce, más suave y más brillante que el resto de castañas.

Maribel Méndez abundó en los esfuerzos realizados desde el consistorio y la Consejería de Medio Rural del Principado de Asturias de la mano de los vecinos para la recuperación de un fruto “al que se le dio la espalda durante 40 años, pero que gracias al trabajo conjunto durante la última década hoy goza de un gran potencial de futuro”. “Al contrario de los que se piensa, se pueden empezar a recolectar castañas a los 8 años de su plantación y está constatado que su ciclo de vida puede durar más de 500 años”, explicó Maribel Méndez. Desde el Ayuntamiento pretenden destinar una línea de las ayudas europeas a potenciar el turismo vinculada a su producto estrella. Al mismo tiempo están mostrando interés en otras salidas a su producción. La semana pasada, por ejemplo, una delegación municipal visitó a una empresa en tineo que hace harina de castaña.