“Estamos convencidos de que lo repartimos entre diez clientes fieles, de los de siempre”. Luis Manuel Gutiérrez no oculta su felicidad. Con cara de satisfacción celebra que la suerte haya salido por la ventanilla en la que trabaja desde hace algo más de tres años. El número 44.632, agraciado con el primer premio del sorteo de la Lotería Nacional de los jueves es el motivo, pues ha dejado nada menos que 300.000 limpios de polvo y paja repartido entre una decena de compradores que barrunta conocer.
La satisfacción fue doble para algunos. El más madrugador llegó en torno a las diez de la mañana por la administración. “Estaba contento por el premio, pero le preocupaba el tener que pagar el 20% a Hacienda. Cuando le dijimos que estaba exento le dimos una doble alegría”, relata Gutiérrez puntualizando que cada uno de los agraciados se embolsará 30.000 euros y el mínimo para rendir cuentas con el ministerio de María Jesús Montero es actualmente de 40.000.
Los carteles con el premio lucieron desde primera hora en la fachada y en la parte superior de la ventanilla del coqueto local. Clientes como Jesús Fernández no quitaban ojo a unos letreros que recargaban las pilas de la ilusión de los compradores. “Esperamos que esto sea solo el aperitivo de algo gordo en Navidad”, deseaba Ana Valdés, trabajadora de la administración desde hace más de dos décadas de vivencias con otros premios sonados. “En el 97 ya dimos un premio de 400 millones de pesetas y en el 95 otro de 110”, puso como ejemplos de su trabajo como repartidores de fortuna.
Impulso para Navidad
Aunque la suerte fue compartida con otros agraciados de Santa Cruz de Tenerife o Teruel, la serie vendida en Oviedo fue acogida como una bendición para los titulares de la administración. “Esto seguro que nos ayuda a impulsar un poco las ventas de cara al sorteo del 22 de diciembre”, coinciden ambos loteros, satisfechos con la marcha de las ventas en unos últimos días con olor a normalidad. “No estamos todavía a niveles de 2019, pero hay muchísimas más ganas que hace un año”, sostiene Luis Manuel Gutiérrez en uno de los pocos respiros otorgado por los muchos fieles que se pasaron a lo largo del día por la administración, bien para comprar o para compartir la felicidad generada por este primer premio.
