El siglo pasado tuvo un anuncio televisivo que hablaba de JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), y este jueves no solo teníamos a la prodigiosa pianista rusa Alexandra Dovgan (2007), también un nuevo estreno del ovetense Gabriel Ordás (1999): “Hip-Hop Fugue!”. Fue el cierre de los encargos del “Proyecto Beethoven” de Oviedo Filarmonía –que la pandemia pospuso, pero al fin hemos disfrutado– bajo la batuta del onubense Lucas Macías (1978). Todos preparados y fiel reflejo del tiempo actual.
Concierto de estas pujantes generaciones que vienen despuntando desde la excelencia: la visión “beethoveniana” de un Ordás dominador de la composición académica (nada menos que un preludio y fuga orquestal) con mucho trabajo previo en este músico de su tiempo, aclamado por un auditorio que retoma su aforo. El Concierto n.º 2 de Chopin con Dovgan impactante en lo técnico y adulta con su sensacional interpretación (como la propina del polaco), y el titular de la OFIL, todo un acierto su fichaje para corroborar el excelente momento de la formación ovetense que sigue camaleónica, afrontando todo repertorio, algo necesario para seguir formando a intérpretes y público.
Ordás canónico de hoy, Chopin casi obligado en estas jornadas de piano, y Schumann cerrando con “La Renana”, tercera sinfonía del romántico alemán paradigma del artista completo que compartió programa con los de ahora.