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El encendido de la Navidad en Oviedo: Un baño de masas para dar el pistoletazo de salida a las fiestas

Alfredo Canteli y Nacho Cuesta pulsaron el botón rojo que, este año, se supera con 4 millones y medio de puntos de luz repartidos por la ciudad

Así ha sido el encendido de luces de Navidad de Oviedo

Así ha sido el encendido de luces de Navidad de Oviedo

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Así ha sido el encendido de luces de Navidad de Oviedo Carlos Lamuño

“Diez, nueve, ocho, siete”... comienza un asesor municipal subido a la tarima. El público le sigue el juego y continúa la cuenta atrás. El Alcalde, Alfredo Canteli, presiona el botón rojo, se disparan dos ráfagas de confeti de color blanco, y en Oviedo se hace la luz. Cuatro millones y medio de pequeñas bombillas van encendiéndose por toda la ciudad y, la multitud agolpada en esa plaza sin nombre que queda a las puertas del teatro Campoamor, contiene un “ooh” girando el cuello en todas las direcciones.

“La vista que tengo yo, no la tenéis vosotros. Es increíble, hay gente hasta La Escandalera y más allá”, explicaba el mismo asesor instantes antes de empezar a contar los segundos para descorchar la Navidad ovetense. Los que asistieron al encendido oficial se contaban por miles. Lo que veía el asesor desde la tarima era una marea de gorros azules de Papa Noel –repartidos oportunamente por el personal– y globos de plástico transparente perlados de luces. En primera fila había también un grupo de mujeres con sudaderas de color verde que brillaban con luz propia, literalmente. Habían avisado de que estarían “para apoyar al Alcade”.

–¿Al Alcalde?

–Bueno, a Oviedo –matizaron ellas.

Entre el público, Sara Martínez se hacía hueco, colándose entre la multitud y uno de los árboles de plástico con follaje luminoso que apoyan el despliegue de ese “arco de Pelayo” que ya va camino de ser tradición. “Nunca vi esto tan lleno, pero es que es un espectáculo”, razonaba mientras trataba de ganar unos metros para disfrutar del encendido navideño entre ese mar de nuevos gorros.

Luces Navidad Oviedo: Alfredo Canteli: "La gente se ha echado hoy a las calles  pero pido responsabilidad durante las fiestas"

Luces Navidad Oviedo: Alfredo Canteli: "La gente se ha echado hoy a las calles pero pido responsabilidad durante las fiestas" Amor Domínguez

Oviedo se convirtió en una fiesta de la bombilla. Como persiguiendo a Vigo en una escalada lumínica sin fin, si en 2018 hubo 3 millones de “puntos de luz” en 2020 ya eran 4 y este año nos vamos a los 4,5. El concejal Nacho Cuesta reconocía, sin embargo, no haberlas contado “una por una”. Estaría bueno. “La factura a mí que no me la pasen”, sentenciaba Javier Prado, un vecino.

Tras el encendido llegó la música de “Los Testigos” sobre el escenario para animar el cotarro y la Real Banda de Gaitas “Ciudad de Oviedo” para abrir paso a la corporación municipal. El equipo de gobierno al completo y un puñado de asesores se apuntaron al paseo de reconocimiento. Como La Escandalera estaba llena hasta la bandera hubo que atajar por un camino más largo para llegar al mercadillo. Canteli, que siempre quiere ver Oviedo a rebosar, no podía ser más gráfico: “La gente se nos echó a la calle hoy y como Alcalde se me cae la baba”. El Regidor en estos tiempos de pandemia siempre quiere quedarse en esa fina línea que separa la aglomeración del contagio y pedía responsabilidad y mascarillas. “Que la gente disfrute de las fiestas a tope”, “que salgamos de estas navidades limpios”, son los dos mensajes que resumen el hay que pasarlo bien, pero sin pasarse.

“La ciudad está viva”, celebran los vecinos que acudieron a la inauguración navideña

No todo es fiesta y Canteli aprovechaba para señalar que detrás de las luces y el decorado hay “un esfuerzo enorme de todo el equipo de gobierno, de todos muy unidos”. Y todos a la una recorrieron la ciudad. Fue, sin duda, el gran baño de masas del mandato. Como en San Mateo, pero sin críticas por la Ronda Norte. La comitiva tuvo que pararse para que algún vecino y alguna familia se sacase alguna foto con el primer edil. Un grupo de familias que había salido con los niños a ver las luces comenzó a colar niños y niños en una de las fotos oficiales de la corporación. El Alcalde hizo buenas migas con ellos. Les cogió de los hombros, les dio las manos y bromeó con ellos.

“Hay algo que tiene Canteli, y es suerte”, aseguraba uno de sus concejales viendo cómo una señora pedía hacerse una foto con el Alcalde. Entre días y días de lluvia Canteli puso una fecha para disparar la ráfaga de luces y el cielo respetó y los vecinos pudieron disfrutar del espectáculo. Los tonos dorados y plateados de la zona comercial dan paso en el antiguo a una decoración menos “elegante”, plagada de luces de colores que, de repente, se rompe al llegar a la plaza de la Catedral.

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Encendido de luces de Navidad en Oviedo Fernando Rodríguez

Alejándose de Pelayo y La Escandalera se difumina la marea azul de gorros adornados por el omnipresente logo de “Oviedo, Origen del Camino” –capaz de felicitar las fiestas, promocionarse en Fitur o adornar los camiones de la limpieza–. Precedido por las gaitas, la comitiva municipal siguió dejándose querer por la gente. El poblado nórdico que es el mercadillo, custodiado por dos cascanueces, dio para más fotos. Allá donde pone Oviedo o ¡Feliz Navidad! da para un buen tiro de cámara y para confraternizar. Las terceras navidades del equipo de gobierno han sido las más multitudinarias y en las que todos parecen estar “más unidos”, como señalaba el Regidor. 

Los vecinos celebran la juerga. La cuenta atrás, las luces, el movimiento, el folclore, el tambor y la gaita. “La ciudad está viva”, señalaba Martín Campa. Como tantos otros padres, se prepara para recibir a sus hijos que están viviendo fuera. “Fíjate, en Navidad Oviedo se llena de niños”, explica, “son los hijos de los que han tenido que irse”. Las fiestas son un espejismo que da marcha atrás al reloj de la despoblación durante unos días. Ayer pareció concentrarse todo en unas pocas horas. Para cruzar una de las calles más iluminadas del centro había que disculparse varias veces y hacerse hueco.

El equipo de gobierno celebró su gran noche sentándose a una terraza del Antiguo. La camarera al verlos juntar mesas y mesas –tantos son que necesitaron cuatro– que salió por la puerta llevándose las manos a la cabeza “¿Tantos?”, exclamó antes de reconocer al grupo. Todos. La comanda fue sencilla. Canteli aplicó aquella frase del Ministro Manuel Clavero. “¡Café para todos!”, pidió antes de que nadie abriese la boca. “Veinte tazas de café hasta la mitad y jarras de leche”, ordenó el Regidor. Inaugurar la Navidad también entra en horario laboral.

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