En estos tiempos en que parece que casi todo se abandona en los pueblos, da gusto encontrarse con jóvenes con ganas de volver y buenas ideas para dar uso a la casería y los terrenos familiares y vida al entorno.
Es el caso de los hermanos Pablo y Daniel García Álvarez que, con la ayuda de su padre, José Manuel, decidieron dar nueva vida a la casería C’Atán de Agüera de Tresmonte en Les Regueres. Reformaron la casa, dieron utilidad a la cuadra, haciendo en el local un llagar de sidra en el que se embotellan al año unas 3.300 botellas. Aprovecharon solo la madera de los comederos para asientos en las numerosas espichas que realizan y el sumidero del orín para desaguar el agua que utilizan a presión para la limpieza del llagar, siempre, después de cada llagarada, lo desmontan de nuevo y lo limpian completamente. Para ellos la clave de hacer buena sidra es ponerle mucho mimo y mucha limpieza, en esto son inflexibles.
El abuelo Manuel, ya fallecido, tenía un pequeño llagar y una pomarada y hacía sidra. Ellos decidieron seguir la tradición, modernizando en aras de limpieza y mejora.
Plantaron una pomarada nueva con 70 manzanos, con seis variedades autóctonas, y siguen con la que plantó su abuelo Manuel, que lógicamente no les llega para llenar los 6 barriles de 550 litros de acero inoxidable. Para plantar esta pomarada recuperaron una finca plantada anteriormente de eucaliptos, que roturaron, cucharon y mejoraron el terreno y la cerraron para evitar la entrada de animales. Está orientada al sur, muy resguardada y regada con agua que baja de fincas más altas. Ahora está en plena producción.
Compran pomaradas enteras en Villa, Corvera y en el concejo. Y lo hacen porque les gusta, les llena de satisfacción, sin obtener ningún beneficio económico, para familia y amigos y pasar buenos momentos en su compañía. Hay años que no les llega e incluso tienen que comprar algo de sidra.
Del 15 de octubre al 15 de noviembre, adaptándose a los turnos de sus trabajos, se dedican a hacer sidra. Lo primero, coger la manzana para lo que requieren andecha, lavarla en la mesa de lavado (antes lo hacían en la fuente de Agüera, la Fontona), preparar el llagar, la trituradora, repaso a los barriles, pisar la manzana y darle sus necesarios cortes e ir rellenando los barriles. Es mucho trabajo, pero siempre hecho con gusto. Cuando llega la época de corchar la sidra también les ayudan familiares. Con dos llagarades llenan un barril.
Hace poco un compañero de trabajo de Daniel le pidió 4 cajas para llevar a Sevilla. Tanto fue lo que les gustó que a la vuelta pedía 100 cajas, pero no pudo ser, lógicamente. Ellos no la comercializan. Hicieron etiquetas para las botellas: Sidra Atán: Ana y Alejandro, los hijos de Pablo.
Ya llevan 12 años haciendo sidra y están muy satisfechos con la calidad obtenida. Tienen además 5 vacas y un huerto y hacen excelentes conservas de bonito. No es solo volver al pueblo para vivir, es dar uso a las cosas y que la casería de C’Atán siga funcionando, con modernidad, pero activa.
En algunas de las espichas que organizan, en ocasiones, con pulpeiro incluido, invitan a los vecinos y hacen fiesta para todos los que quieran sumarse.
A Daniel, que lleva un año viviendo definitivamente en Agüera con su novia Carolina, le gusta arreglar los muros de piedra, así como una casina auxiliar, que quedó de maravilla. Entre sus próximos proyectos está recuperar el calero de hacer cal que siempre tuvieron en la casa. Pablo le ayuda siempre en lo que haga falta.
Es una familia muy unida y colaboradora en todo lo que haga falta. Una suerte para Agüera y para cualquier pueblo contar con gente joven tan comprometida.
