Toda precaución ha sido poca, en el colegio Carmen Ruiz-Tilve, para que la sorpresa siguiera su curso. El día de Año Nuevo la actual directora, Maite Fernández, cederá un legado de más de una década de docencia a Andriana González y desde el centro, del que tomó las riendas desde su apertura, quisieron rendir homenaje a esta trayectoria. A las 10.30 de la mañana, estaban citados padres, familiares, profesores y la propia Ruiz-Tilve en la biblioteca del colegio, que a partir de ahora llevará el nombre de la casi ya jubilada. “Le debemos los 11 años de vida que tiene el colegio”, coinciden.

Hay un mural repleto de recuerdos, dos ramos de flores en nombre de La Corredoria y los alumnos, una placa conmemorativa y flashes de cámaras esperando. Maite entra en la sala, sin saber por qué sus compañeros le han hecho abandonar el aula donde impartía clase, y de improvisto la envuelve una oleada de aplausos. “No esperaba nada”, alcanza a decir entre alguna que otra lagrimilla: “cómo me habéis engañado”. Primero se funde en un abrazo con Ruiz Tilve, cronista oficial de Oviedo, quien le susurra “no podía faltar hoy” y declara que conoce a la gerente desde que comenzó su labor y admira el camino por el que ha guiado al centro: “Tiene mucho carácter, algo le ha servido para llegar hasta aquí, siempre con la mirada puesta en los niños”.

Los niños del colegio entregan flores a Maite Fernández MIKI LOPEZ

Hoy, todo son halagos y gestos de cariño. “Su recuerdo forma parte de los cimientos y la esencia del colegio. Carmen Ruiz-Tilve y Maite Fernández son conceptos imposibles de entender el uno sin el otro”, dice Pili Suarez del AMPA. Tras 23 años como maestra, la galardonada se atrevió a ponerse al mando del “recién estrenado” centro que llenó con proyectos hasta el último momento, y aún le quedan 9 días… “Ha sido muy trabajoso. Nos mudamos aquí en San Valentín y fue amor a primera vista, no teníamos medios pero sí muchas ganas de hacer cosas”, explica Fernández. Aunque los niños crecieron con más rapidez que los propósitos y se vieron 400 en un espacio para 200. Sin tirar la toalla, la cosa fue saliendo adelante: trabajo por proyectos, menos libros y más experiencias para los más pequeños, premios de la paz, ayuda a la economía del distrito, y mucha capacidad de atención, tal como ella resume: “en la placa de dirección también debería poner consultorio”.

Este legado no termina ahí, aunque deja el listón muy alto, según reconoce la futura mujer al cargo Adriana González: “La idea es continuar con las piezas de este puzzle que se ha ido construyendo”. Para ello cuenta con el equipo al completo, que no han faltado a la cita: conserje, personal de limpieza, maestros, estudiantes, padres y madres. Cada uno tiene un papel fundamental, según asegura. Tampoco se olvida a las personas que aparecen en las fotos del gran cartel y aunque ya no están, se mantienen presentes en los frutos del árbol que ha crecido esta trayectoria. “Se lo agradeceremos infinitamente”, afirma la aún directora.

Familiares, padres y docentes rinden homenaje a Maite Fernández MIKI LOPEZ

 Desde Ruiz-Tilve, primer eslabón de esta cadena educativa, hasta el día de hoy el centro mantiene una dirección de figuras femeninas que luchan por no quedarse a medio camino: quedan muchas propuestas por realizar.