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El llamamiento de los alumnos del Amor de Dios al eurodiputado Jonás Fernández: "Vamos a parar juntos la guerra"

Los estudiantes del colegio ovetense analizan la situación en Ucrania en una videoconferencia con el representante asturiano del parlamento europeo

Los alumnos de 4ºA del colegio Amor de Dios

Los alumnos de cuarto de primaria del Amor de Dios han transformado el Himno de la Alegría en un mensaje antibelicista y de hermanamiento con Ucrania. El recado lo recogió el eurodiputado Jonás Fernández, que este viernes se reunió con ellos mediante videoconferencia para hablar sobre su trabajo en el parlamento. Este coloquio, organizado hace semanas, cambió de tornas a raíz de la invasión rusa que también se coló en las aulas del centro. "Nuestra versión de la canción de la Alegría, la guerra es triste y destroza nuestros días. Paremos juntos la guerra, la gente buena quiere paz. Jonás y Europa vamos juntos a pararla", cantaban al unísono los jóvenes de 9 años. 

La jornada formaba parte del proyecto "Yo quiero ser...", que nació para motivar a los estudiantes a informarse sobre el mundo laboral y sus requisitos. Sin embargo, este viernes los chicos y chicas del Amor de Dios querían ser, ante todo, pacifistas y expertos en las consecuencias que la guerra podría acarrear. "¿Estamos a salvo aquí en España?", fue una de las cuestiones lanzadas al representante socialista del parlamento europeo, que además es ovetense.

-Es una pregunta difícil y no quiero ser alarmista. En principió sí- respondió Jonás Fernández.

Daniel Botnaru haciendo una pregunta a Jonás Fernández en el colegio Amor de Dios

El eurodiputado dejó claro que el pretexto de Putin para adentrarse en Ucrania se puede extrapolar a otros países como Finlandia, Estonia o Letonia. Los recién estrenados políticos escuchaban con atención, lanzaban suspiros al aire y criticaban al presidente de Rusia. Daniel Botnaru es de Moldavia, parte de su familia continúa afincada allí y le cuentan que su día a día se basa en acoger a refugiados y soportar el ruido de los bombardeos: "Espero que con las sanciones económicas los rusos se cabreen con Putin y se vaya del país", afirmaba Botnaru, que también se declaró socialista y preguntó cuándo habría un Constitución de la Unión Europea.

Las multas por parte de los organismos políticos también se convirtieron en un foco de interés, y de debate. "Se ha ido McDonald. Igual se acaba la guerra", afirmaban algunos fans de la cadena. "A mí me quitan Zara o Mango y me muero", añadía Martina Morán, quien también se acercó a la cámara para preguntar al eurodiputado si algún día entraría Ucrania en la Unión Europea. Ellos se centraban en las marcas y logos que forman parte de su rutina; Jonás Fernández lo trasladó a las multas que ha impuesto la UE intentando resolver de manera monetaria el conflicto: "Está haciendo estragos, las guerras no son gratis".

La clase de cuarto A en el colegio Amor de Dios

Desde ahí se pasó a la repercusión por parte rusa que se ha hecho notable al repostar. "Ayer mi padre se acercó a poner gasolina al coche y la moto... Le salió carísimo", ilustraba Mateo Sánchez. Algo, que según el eurodiputado formaba parte de los planes de Putin desde hace tiempo: "Escaseaba el gas y aumentaba su precio". Aunque, recién salido de una reunión en la Comisión Europea, calmó los ánimos: "Se está trabajando en medidas para no dejar a las familias en situación de riesgo económico y poder, al menos, separar este gasto de la luz".

Se abordó también la parte humana de la guerra, la que obliga a los ciudadanos a proteger a su gente. "Yo me dedico a la economía. Hago leyes para bancos y llevo el tema de impuestos; pero también me eligieron para defender los intereses de las personas", explicaba el eurodiputado, que hace unos días ayudó a una familia Asturiana a cruzar la frontera de Polonia para poner rumbo a "la tierrina".

Martina Morán y Adriana Rodríguez junto a sus banderas de la unión Europea en la clase de 4ºA del Amor de Dios

Hay algunos pupitres libres en las clases de cuarto de primaria y los comprometidos jóvenes ya los han reservado para cualquier estudiante ucraniano que se encuentre en apuros. "Van a necesitar amigos", asentían a modo de claro mensaje: "¡Aquí estamos!".

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