Alfredo García Portero (Oviedo, 1980) se dedica a la formación, en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) y sale en la Semana Santa de Oviedo “desde chavalín”, hace ya más de 20 años. Ingresó en el Cautivo, la cofradía de San Juan El Real, hace una década, tras haber pasado por otras y tener que aparcar la devoción por trabajo. “El anterior hermano mayor, José María Varas Baizán, me conocía y me fichó al cambiar mi posición laboral”, recuerda.
–El trono de Jesús Cautivo procesionará por primera vez a hombros esta Semana Santa.
–Soy el que organiza la procesión, el diputado mayor de gobierno, y me han nombrado capataz del trono de Jesús Cautivo. Es la novedad de este año. Habrán pasado más de 40 años desde que salía a hombros, por aquel entonces era el único de Oviedo que lo hacía. Salía a hombros de expresidiarios, luego fue a ruedas y cuando en los 90 volvieron las procesiones se mantuvieron.
–¿Cómo van los ensayos?
–Llevamos desde febrero, poco a poco, empezamos con un trono pequeño y ahora vamos por cuatro ensayos con el grande. El trono es el que siempre tuvo la hermandad, de largo tiene ocho metros y un peso aproximado de 400 kilos. Está preparado para 42 personas, y van a cargarlo 32. Habrá hombres y mujeres, una cuadrilla de gente muy diversa, de 66 a 18 años. Hay un padre y una hija, que es la más joven; yo tengo metido al suegro y a mi tío; chavales jóvenes con varios amigos, todo gente de la hermandad. Se procesiona en familia y se crea un fuerte vínculo de amistad.
–Cargar a hombros requerirá cierta técnica.
–Hay que seguir el ritmo del tambor –tenemos banda propia–, se ensayan las vueltas, los giros, y hay que tener en cuenta la inclinación de las calles: es importante, sobre todo si llueve. Al ir a hombros y desviarnos hasta la Catedral, este año la procesión se va a alargar una hora más. La mayor dificultad está en el giro en la bajada de la calle La Luna, en algún giro alrededor de la Audiencia. Parte de la cuadrilla estaba preparándose para salir antes de la pandemia, se desanimaron al no poder hacerlo, pero han recuperado la ilusión y la emoción.
–¿Qué mueve a la gente a ingresar en la cofradía?
–Unos se apuntan porque le gusta la Semana Santa, otros porque son religiosos, otros por una promesa. Mi tío y mi suegro son de León y nunca pudieron salir en su tierra, lo hacen aquí por resarcirse.
–Usted es el capataz y hay un contracapataz del Cautivo.
–Sí, el segundo capataz, Carlos Caracuel, malagueño, asturiano de adopción. Llevó un paso en Málaga y la influencia malagueña nos viene por ahí. Nos cuenta sus historias y tenía la ilusión de ver al Cautivo a hombros por las calles de Oviedo. En Málaga se habla de los hombres de trono, nosotros los llamamos portadores de trono, porque aquí también van mujeres. Tenemos inspiración leonesa y andaluza.
–¿Cuál es el carisma del Cautivo?
–La labor caritativa y social, todo el año y se incrementó. Estamos muy vinculados al centro penitenciario de Asturias. Hacemos la visita de los Reyes Magos y ese mismo día vamos a Aspace-Oviedo, una asociación para personas con parálisis cerebral en Latores. En septiembre tenemos una operación solidaria de recogida de material escolar. En pandemia empezamos con otra de recogida de material de higiene de primera necesidad, con las farmacias de alrededor de la basílica.
–Dirigirá la marcha del Cautivo, ¿también lo cargará?
–Un tramo, tengo que meterme debajo. Los importantes son los hombres y mujeres que lo llevan, que ponen el esfuerzo y quitan tiempo al ocio y a la familia. Todavía hay huecos, si alguien se anima...
