Vidal-Cordero: “La Antártida es el único lugar del mundo donde no hay hormigas”

“La Antártida es el único lugar del mundo en el que no se encuentran hormigas; por el resto del planeta se reparten 15.000 especies, de las que unas 300 están presentes en la península Ibérica”. Así lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Manuel Vidal-Cordero, entomólogo en la Estación Biológica de Doñana, licenciado en Biología, máster en Conservación, Gestión y Restauración de la Biodiversidad por la Universidad de Granada y miembro de la Asociación Ibérica de Mirmecología (AIM).

Vidal-Cordero, uno de los principales especialistas españoles sobre las hormigas y su ecosistema, destacó la abundancia de estos insectos que se encuentra en las áreas tropicales, donde se reúnen hasta 500 especies, casi el volumen que se registra en Europa, donde habitan 600. El investigador del CSIC protagonizó una de las conferencias del ciclo “¿Qué sabemos de...”, organizado por el CSIC. Fue presentado por Pilar García, profesora de investigación en el Instituto de Productos Lácteos (IPLA). El entomólogo andaluz destacó la particular organización social de las hormigas, de las más avanzadas del reino animal, en la que la mayoría de los individuos no se reproducen, al igual que pasa con las abejas y las avispas, o los pulgones y camarones en el medio marino, y hasta mamíferos como las ratas topo africanas. “Una de las peculiaridades de las hormigas es que establecen relaciones con gran variedad de animales y plantas, jugando así un papel clave en la regeneración y funcionamiento de los ecosistemas”, señaló el investigador, autor de un libro dedicado a estos insectos editado por el CSIC.

Hormigas “agricultoras”, “jardineras”, son algunas de las catalogaciones de hormigas empleadas por Vidal-Cordero, que también rompió uno de los mitos más extendidos sobre este tipo de animales: “Se cree que todas las hormigas son ciegas, y no es así; a veces, también se tocan y experimentan reacción al tacto”, recalcó. “Las hormigas sirven de alimento a muchos animales; sirven de cortafuegos e incluso se ha entrenado a una especie de hormigas para detectar el cáncer”, añadió. José Manuel Vidal-Cordero se refirió también a la presencia de las hormigas en la Biblia y en numerosas referencias de la Antigüedad, siempre consideradas como animales beneficiosos.