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El kiosco del Bombé se sacude los andamios ocho años después

Los operarios encargados de rehabilitar el templete del Campo retiran el esqueleto metálico para rematar la cubierta y los suelos

Aspecto que presentaba el kiosco del Bombé en la tarde del lunes. IRMA COLLIN

El antiestético esqueleto de hierro que desde mediados de 2014 envolvía el kiosco del Bombé a la espera de una solución a varios intentos fallidos para su restauración comenzó a desaparecer progresivamente en la mañana de ayer. La UTE adjudicataria del contrato para la restauración del emblemático templete del Campo, ideado por el arquitecto Juan Miguel de la Guardia, acomete esta nueva fase de los trabajos con la intención de facilitar el remate de los elementos ornamentales de la cubierta y los suelos, con vistas a inaugurar oficialmente la remozada construcción en el mes de julio.

Pasada la una de la tarde de ayer, la recogida de buena parte del andamiaje permitía apreciar mejor el resultado de una actuación que hasta la fecha ha conseguido recuperar casi un siglo después el alero que el kiosco inaugurado el día de San Mateo de 1889 había perdido tras otra rehabilitación acometida en una fecha que los expertos sitúan en torno a finales del primer cuarto del siglo XX.

Tanto las columnas como la estructura de la cubierta lucen con un llamativo color blanco al que se suma, de momento sólo en uno de los lados superiores del techo, una serie de elementos ornamentales de zinc cuya colocación pretende hacer más vistoso el conjunto. «La verdad es que está quedando precioso, costó, pero la obra está mereciendo la pena», comenta José Ignacio Menéndez, vecino del centro que a diario suele darse una vuelta por el Bombé «salvo que lluevan pedruscos».

Un operario desmontando la parte alta del kiosco. | LNE

Fuentes municipales apuntan a que además del remate de la cubierta, una vez retirados todos los andamios, los esfuerzos se centrarán en dejar en perfecto estado de revista los suelos. Para ello, además de trabajos de albañilería se colocarán varios elementos de fundición contemplados en los diferentes proyectos de rehabilitación encargados desde que el entonces alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, anunciase en junio de 2014 la predisposición de llevar a cabo el arreglo del deteriorado kiosco.

El equipo de gobierno de Alfredo Canteli, a través de la concejalía de Infraestructuras de Nacho Cuesta, pretende con esta mejora dar un nuevo impulso a la recuperación del Campo San Francisco, donde desde el comienzo de mandato se ha colocado un nuevo aguaducho, iniciado la recuperación progresiva del funcionamiento de las fuentes –La fuentona, la fuente de las ranas y el estanque de los patos ya están funcionando y se prevé devolver el agua a otros surtidores como el del monumento a Clarín–, además de dotar al parque nuevas señales y acometer planes de mejora de bordillos y pavimentos, entre otras actuaciones de menor calado.

En el caso del kiosco del Bombé, el equipo de gobierno municipal ha invertido 385.000 euros en la contratación de la UTE integrada por Promogrado y Sardesa, a través de un procedimiento que permitió retomar unos trabajos que permanecían paralizados desde 2015.

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