Amigos, familiares y compañeros del mundo de la arqueología asturiana llenaron en la tarde de ayer la capilla de La Magdalena para dedicarle un homenaje de despedida a la arqueóloga Gema Adán Álvarez . Adán fallecía la semana a pasada a los 58 años, tras un larga enfermedad que se mostró inclemente y muy dura con la ovetense.

En una eucaristía conducida por el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo y sacerdote Javier Fernández Conde, que fue profesor de Gema Adán, todos los presentes asentían cuando éste describía su "ternura, su sonrisa siempre presente y su bondad". El sacerdote habló desde el cariño por quien definió como "una gran persona y buena amiga", pero también desde el reconocimiento a una "gran prehistoriadora, gran científica y gestora".

Gema Adán Álvarez fue investigadora, docente universitaria en la UNED y la Universidad de Oviedo y, sobre todo, una enamorada del mundo de la Prehistoria desde que se doctoró en la Universidad de Salamanca con premio extraordinario, con una tesis sobre la industria ósea del tardiglaciar en Asturias.

La arqueóloga.

Participó en numerosos proyectos de estudios arqueológicos por Asturias, que dejó perfectamente documentados en numerosas publicaciones, e incluso formó parte del equipo de Atapuerca. Además se dedicó ampliamente al patrimonio regional en distintos concejos. El director general de Cultura y Patrimonio de Asturias, Pablo León, la despidió tras su fallecimiento con el recuerdo de "una arqueóloga entusiasta y referente en las investigaciones sobre la Prehistoria asturiana. Compartí con ella años de trabajo en el Servicio de Patrimonio Cultural y siempre me quedará el recuerdo de lo buena persona que era". También mostró su pesar por la pérdida Juan Luis Arsuaga, director científico de Atapuerca, quien recordó que compartieron dedicación en las excavaciones en la Cueva del Conde y en Atapuerca, entre otros sitios y reflejó lo que muchos piensan, que se ha ido "una gran científica y una gran mujer".