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La Vega, la intrahistoria de un acuerdo histórico para Oviedo

La ministra Robles y Barbón recalcan la necesidad de financiar la operación con pisos: "No se puede ceder, sería ilegal, no puede haber un regalo"

Los representantes de las tres administraciones que firmaron ayer el protocolo para la reversión a Oviedo de los terrenos de la antigua fábrica de armas de La Vega posan en dependencias del Ministerio de Defensa en Madrid. | Alba Vigaray

–Son muchas hojas.

–Merece la pena.

El diálogo entre la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, ayer al mediodía en el salón de actos "Teniente General Veguillas" del Ministerio de Defensa, en plena Castellana, resume bien el acuerdo sobre la reordenación de los terrenos de la vieja fábrica de armas de La Vega al que las tres administraciones, sumando al Principado, llegaban en ese momento, al estampar sus firmas en cada uno de los folios del documento. Muchas hojas, para Robles, porque para ser un protocolo es muy extenso, ya que tiene el detalle de un convenio. Y vale la pena, al decir del regidor, porque la complejidad compensa al gobierno local, al regional y al central. Los tres, con distintas palabras, saludaron y se felicitaron por la firma de este protocolo urbanístico de los terrenos de La Vega y la reconversión de sus 120.000 metros y sus naves en un polo empresarial, un recinto cultural, un gran parque y una zona residencial. Todos destacaron el carácter "histórico" de la operación que se ponían en marcha, ejemplo de "política de estado", "política útil para los ciudadanos", colaboración institucional por encima de colores políticos y, resumió el Presidente regional, "el convenio que era posible".

Adrián Barbón, como ya había hecho antes la ministra Robles, no evitó el lado más espinoso del proyecto y quiso dejar claro, en declaraciones tras el acto institucional, que la promoción inmobiliaria prevista en la parcela (1.000 viviendas distribuidas en un 10% de los terrenos que formarán parte de toda la operación) fue la mejor fórmula que administración local y regional encontraron para compensar a un Ministerio de Defensa que, por su parte, dejó claro que "no se podía hacer una cesión sin compensación porque sería ilegal". "Este era el convenio posible", razonó Barbón. "La otra opción era dejarlo como está, que Oviedo no pudiera disfrutar de estos espacios, que no se protegiera Santullano, que dejáramos pasar otros diez o veinte años hasta que pudiéramos disponer de este gran pulmón de actividad".

El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, le dio la razón con hechos. Con ese "merece la pena" firmar tantas hojas. "Yo hubiera estado media hora más". El Alcalde aportó otras claves de la operación, como esa "edificación en altura" de la que habla el protocolo y que permite que en esa décima parte de toda la superficie se consiga meter toda la edificabilidad que compense a Defensa. Será, dijo Canteli, "la torre de Asturias, 25 plantas, un edificio singular". Las cifras que manejaron los distintos representantes no acaban de cuadrar por varias razones. La más importante es que las valoraciones finales de los aprovechamientos están por hacer, y ahí se acabarán de rematar metros cuadrados y dineros posibles para acabar de cerrar la operación. No es una compra, dejó claro Canteli, pero habrá pagos, admitió Barbón, que reserva para la administración regional la compra de una de las joyas del recinto, la nave de cañones de Sánchez del Río. Cuando el presidente regional habla del 10% de todo el terreno se refiere a una superficie mayor a la de la fábrica, porque, según se pudo saber ayer, la operación, al incorporar el parque anexo a San Julián de los Prados y al sumar el Ayuntamiento algunos terrenos próximos al viaducto de Ángel Cañedo, que se demolerá en la reforma de la entrada a la ciudad, crece hasta los 150.000 metros cuadrados.

El presidente regional también quiso explicar por qué se pagarán algunas cantidades extra para acabar de cerrar la operación: "Será una aportación económica pequeña, como será la del Ayuntamiento, pequeña y asumible, gracias, precisamente, a esa edificabilidad; si no, los números serían absolutamente inasumibles, como saben bien tanto el vicepresidente (dijo refiriéndose a Juan Cofiño, presente en el acto) como los tenientes de alcalde (en referencia a Nacho Cuesta y Mario Arias, también en Madrid)". El presidente del Principado y el alcalde de Oviedo explicaron que esas pequeñas cantidades no evitarán que después, para rehabilitar todas esas naves e ir dando forma a los distintos proyectos que se quieren hacer allí, "habrá que buscar financiación, buscar la forma de encajarlos, con fondos europeos y fondos propios".

La otra idea en la que las tres administraciones insistieron ayer fue la de la celeridad, convertir el protocolo en un convenio lo antes posible, sin que, prometieron Barbón y la ministra Robles, el distinto color político o la campaña electoral del próximo año puedan arruinar el proyecto. Tantas ganas tenía el Alcalde de Oviedo en ser diligentes y dejar atada La Vega que casi manda a despachar allí, sobre la marcha, a los suyos. «¡Que no se nos eternice esto!», rogó a Robles y a Barbón, y luego, dirigiéndose a su concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, le reclamó: «¡ponte a trabajar ya por ello, deberías ir ya al Ministerio!».

Parecida gracia desarrolló la ministra de Defensa, dirigida en este caso al director general de Infraestructura, Luis Cebrián. «Vamos a dar el máximo impulso desde este ministerio; yo lo quiero todo no para mañana, sino para ayer, y no sé si para ayer, pero el compromiso es suscribir este convenio al margen de cualquier vicisitud electoral, en eso estamos las tres administraciones implicadas». Toda esa idea de ir a la «máxima velocidad», «dentro de la estricta legalidad», tiene como objetivo, resaltó, «un Oviedo mejor, moderno, cercano a la ciudadanía». Porque, remató apelando de nuevo a su doble condición de servidora pública y carbayona por la rama materna, «lo que es bueno para Oviedo es bueno para Asturias y para España».

De la cercanía de unas elecciones que siempre «entorpece el diálogo y el consenso» habló claro Barbón. Siete meses para acordar el convenio en vísperas del arranque de la campaña que, prometió, «no va a modificar la actitud del Principado, que continuará esforzándose para sacar adelante el proyecto con el mismo afán que hasta ahora». Esa será también, aseguró, la actitud del Ayuntamiento y del Ministerio: «la de la política útil, que busca soluciones, orilla el partidismo y supera las dificultades».

Robles no fue tan explícita como lo sería después Barbón en su comparecencia ante los medios, pero también se refirió a la hipótesis de que Defensa podría haber regalado a Oviedo la fábrica sin financiar la operación con los aprovechamientos urbanísticos. «No podemos salir con grandes consignas», resumió, «sino con nuestra voluntad política de cumplir la ley y llegar a acuerdos». Y, de nuevo, para dejarlo claro, aseguró que el Ministerio no podría deshacerse sin más de la fábrica: «No se trata de hacer lo que una quiere, sino de lo que una considera que es bueno desde el estricto respeto a la legalidad, y eso hace que en aquellos terrenos y propiedades tenga que existir la contraprestación que la ley exige. Nos obliga el cumplimiento de la norma, no se puede ceder, no puede haber un regalo, estaríamos incumpliendo la ley e incumpliendo nuestra obligación ante los otros ciudadanos».

Parque biotecnológico

La Ministra y el Presidente regional también coincidieron en otra idea subyacente en la operación, la que vincula la reordenación con la puesta en marcha de un parque tecnológico de empresas vinculadas al sector biotecnológico. Esa reflexión llevó, a Robles y a Barbón, a destacar tanto el pasado fabril de la parcela –como espejo de conocimiento, especialización tecnológica y empleo en el que mirarse–, como el compromiso que Defensa tiene con la generación de puestos de trabajo a través de los contratos que gestiona ahora mismo la otra fábrica de armas del municipio, la de Trubia, gestionada por General Dynamics. Barbón apeló a este concepto industrial para desmitificar la imagen de Oviedo como Vetusta: «Quizá por la tradición literaria», dijo, «aún pervive la falsa imagen de la capital como una ciudad letárgica o meramente administrativa, carente de pulso industrial. Cualquiera que conozca un mínimo su historia sabe que nunca ha sido así. La Vega fue, de hecho, una muestra de buen hacer durante toda su existencia hasta su cierre, en 2012. Hoy mismo contamos con la fábrica de Trubia, con carga de trabajo asegurada para varios años gracias al contrato de los 8x8 Dragón».

Y aquí Barbón aprovechó para introducir uno de sus submarinos, reflexiones que parecen cazadas al vuelo pero en las que deja mensajes tanto para buenos entendedores como para la galería. Porque hizo pausa y felicitó a Margarita Robles por Trubia y por La Vega, dijo que son decisiones que «hay que anotar en el haber de la ministra», y afirmó que hay que defender a los Ministerios cuando cumplen sus compromisos y «cuando no lo hacen, defender con convicción y pasión» las necesidades de Asturias.

Robles lo contó de forma mucho más resumida: que las Fuerzas Armadas están en el territorio y se vinculan a ese territorio, que con esas razones y creencias Defensa quiere también una «mejor Asturias», y, de ahí, «ese 8x8 tan esencial para el ejército pero también para generar puestos de trabajo en la región y desarrollo de talento».

El arranque de la firma de La Nueva Vega, como llegó a calificarla la Secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, estuvo presidido por el cuadro «Navío de línea español Princesa enfrentándose a los navíos británicos Oxford, Lennox y Kent», de Ángel Cortellini, y vino acompañado de un breve vídeo con el que el gobierno del Principado introdujo a todos los invitados en la fábrica de armas. Con música «relax» de piano, largos paneos y algunas imágenes de las últimas actividades culturales realizadas en esas naves, se pudieron ver en pantalla los edificios decimonónicos de ladrillo rojo, el castillete rosa, la nave de cañones, las largas avenidas o la escuela de aprendices, mientras una voz en off explicaba la reconversión del monasterio con más de 800 años de historia en factoría para defenderse de los franceses, a finales del XIX.

Agradecimiento militar

La Secretaria de Estado dio también una visión general, a vista de pájaro, pero de los contenidos del protocolo. Explicó que se trata de «recuperar, reordenar y poner en valor los espacios e instalaciones que constituyen La Vega, reintegrarlos a la ciudad con una reordenación urbanística y diversificando su uso». Aportó algunas cifras: 25.000 metros cuadrados de zonas verdes, mantenimiento de «una parte muy significativa» de su patrimonio «histórico e industrial», más de 7.850 metros cuadrados para equipamientos culturales, la creación de un polo «de desarrollo tecnológico y de conocimiento» y un uso residencial, apuntó, «que va a tener una parte importantísima destinada a viviendas de protección».

Valcarce agradeció a los agentes sociales el apoyo a la operación y confió en que Universidad, empresa e industria se sumen a lo que será «un parque tecnológico de primer orden». En la sección de agradecimientos, fue más elocuente el alcalde Canteli. No solo dio las gracias a Barbón y Robles, también a «todos los generales a los que dimos tanta lata» y a otro militar, presente en ayer en la firma de Madrid y destacado fontanero de estas negociaciones: el coronel delegado de Defensa en Asturias, Juan Luis González. También, añadió el Alcalde, a Juan Cofiño y a sus concejales Nacho Cuesta y Mario Arias. A todos ellos les dijo que lo de ayer era «un esperanzador primer paso» y dejó un recordatorio para todos: Hay que seguir con el proyecto y rematarlo. «Los ovetenses y los asturianos no nos perdonarían que se frustraran todas esas esperanzas de futuro que hemos generado hoy». El último mensaje lo reservó para los anuncios de movilizaciones contra el acuerdo: «Dicen: ‘La Vega es nuestra’ y yo les digo que no, que es de Defensa». Se la dejó botando a Barbón: «Pero ahora sí, con este acuerdo la ciudad de Oviedo sí podrá decir: ‘La Vega es nuestra’». No hubo más preguntas.

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