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"Queremos salir de nuevo a la vida", claman los poetas de "Los 5 del patíbulo"

Grandes temas como el amor, la muerte y la falta de los seres queridos, presiden un recital, acompañado por la guitarra de Chema Aladro

De izquierda a derecha, Esthi Rubio, José María Aladro, Virginia Gil y Rubén Figaredo, ayer en el Club Prensa Asturiana. Miki López

La poesía asturiana pide paso y resurge tras el obligado parón de la pandemia, que redujo al mínimo los recitales y la edición de nuevas obras. "Queremos salir de nuevo a la vida, a la luz", aseguró Virginia Gil Torrijos, una de las integrantes de "Los cinco del patíbulo", el grupo que reúne a Chema Aladro, Esthi Rubio, Rubén Figaredo y Juan Álvarez, que finalmente ayer no pudo estar en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, donde se reunió el clan.

El recital comenzó con la interpretación de Aladro a la guitarra de "Palabras para Julia", la composición de Paco Ibáñez sobre el poema que Agustín Goytisolo dedicó a su hija, a la que quería transmitir sus conocimientos y experiencias, preparándola para sobrevivir en un mundo lleno de dolor. También es un homenaje a la madre de Goytisolo, también llamada Julia, muerta durante un bombardeo de las tropas franquistas en 1938. Precisamente el dolor por la muerte de los seres queridos y el amor, fueron los temas dominantes entre los poetas. Virginia Gil leyó tres poesías, la primera de ellas "Penélope", que aborda el amor desde la historia de Penélope y Ulises Otra dedicada a su madre, titulada "Un día" y "Lo eterno", un poema de amor. Rubén Figaredo, que comenzó con "Despedida" y también recitó "El día menos pensado", se definió como "alguien que escribe poemas de vez en cuando y busca la poesía en las cosas cotidianas".

"Para mi la poesía es como la respiración, estoy viva gracias a ella", aseguró Esthi Rubio, luarquesa, nacida en Oviedo, de padre asturiano y madre argentina, que precisamente leyó una composición sobre el día de su nacimiento.

Jaime Viliesid y su huida, el jueves

En el mes de julio de 1936 el dentista ovetense Jaime Viliesid recibió el aviso de que iban a aprehenderle los falangistas. La familia, muy respetada en la ciudad, emprendió una apresurada huida que les salvó la vida. Ahora, uno de sus nietos, Francisco Viliesid, radicado en México, cuenta esa historia en el libro: "La señal. La huida de Oviedo . Julio de 1936". Lo presenta el jueves a las 19.30 horas en el Club Prensa Asturiana, con el abogado Antonio Masip y el profesor derecho Internacional de la Universidad de Oviedo, Javier Ballina.

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