Muchos recordarán 1992 como el año de "La Expo", o el de los Juegos de Barcelona, pero para Cristina Castro esa fecha esconde un significado particular. "Ser reina de San Mateo fue algo muy especial, que no voy a olvidar. Poder vivir las fiestas desde dentro y participar de una forma diferente es algo muy bonito", confiesa emocionada. Algo parecido le está pasando ya a Nadaya Villarino, reina de este año. Treinta años separan sus coronas pero la emoción es la misma.

Cristina Castro en el Día de América.

Si hace 30 años San Mateo se celebraba con la Expo y los juegos olímpicos de fondo, la presente edición será la de la vuelta a la normalidad tras dos años sin fiestas por la pandemia. "Esta vez va a ser todo muy diferente. Hay ganas de pasarlo bien y disfrutar. Tenemos una agenda bastante apretada pero es otra forma de vivir San Mateo y me hace mucha ilusión", explica Nadaya Villarino. En el caso de Castro fueron aquellas fiestas estuvieron marcadas también por el concierto de Michael Jackson en a Oviedo. Para ella, como fan, fan "era lo más". "De hecho, en LA NUEVA ESPAÑA salió una portada en la que decía ‘las reinas van a ver al rey del pop’, eso me hizo mucha ilusión. Por tanto, todo lo que viví fue muy emocionante".

Una imagen del pregón de 1992, a cargo del rector Santiago Gascón.

La noticia fue recibida con "orgullo" en sus respectivas familias, no obstante, en ambos casos fue algo completamente inesperado. "Fue sorprendente porque yo no sabía en base a qué elegían a las reinas. Tenía 18 años, estaba empezando COU y me preguntaron si me apetecía ser la reina ese año y así surgió todo", relata Castro, quien define la experiencia como "una aventura con amigas", ya que fue la encargada de elegir como damas de honor a su prima y a una amiga. "Salió todo redondo ese año, porque además, otra amiga mía fue reina de América en Asturias. Así que estuvo muy bien". En un camping en Llanes y rodeada de amigos, así se enteró Nadaya Villarino de que "reinaría" en San Mateo. "Nos quedamos todos flipando. Fue todo muy de repente, para nada nos lo esperábamos. Cuando empezó a salir la noticia en los periódicos y cuando desde el Ayuntamiento comenzaron a publicar tuits al respecto mucha gente me escribió y me felicitó", cuenta orgullosa.

Una imagen del pregón. | I.Collín

"Durante todos esos días hacíamos un montón de cosas. Nos ponían las bandas en el Ayuntamiento, algo muy emocionante porque era el primer día, estaba el alcalde y fue algo más bien protocolario. Luego, participamos en varios eventos; fuimos un día a la ópera, a la romería del Cristo y el punto culminante era el desfile", recuerda Cristina Castro. Ese momento fue para ella de los más emotivos. "Yo llevaba un vestido que era una preciosidad, de novia llanisca, nos tocó alquilarlo y la broma no fue barata, pero me sentía como una princesa", afirma entre risas.

La experiencia de quien ya ha vivido en su piel ser reina de las fiestas contrasta con la expectación de a quien aún le quedan muchos días de celebraciones. "Toda mi familia está muy contenta y va a venir mucha gente a verme. Siempre he disfrutado mucho de estas fechas, de los conciertos, de salir por la noche, del desfile… tengo muchas ganas de vivirlo de esta forma y estoy muy ilusionada", asegura Villarino. Entre los planes que le aguardan para los próximos días destacan el desfile del día de América en Asturias, la romería del Cristo, o asistir a un partido del Real Oviedo, una ajetreada agenda que compaginará con su primer curso en la Universidad. "El lunes empiezo Ingeniería Química y creo que los primeros días van a ser liosos porque tengo que acostumbrarme al ritmo de la carrera y cumplir con los actos de ser reina, pero creo que lo podré llevar", cuenta con nerviosismo pero "sin presión" la estudiante con la nota más alta de Oviedo en la EBAU de junio, un 9,95.

Han pasado 30 años desde que Cristina Castro fue nombrada reina de San Mateo y aunque ahora las fiestas las vive desde Madrid, ciudad a la que se fue a estudiar y en la que reside desde entonces, recuerda con añoranza aquella vivencia. "Pude ser la prota y verlo todo desde dentro. Ahora las vivo muy de lejos, pero desde aquel año, cuando veo en el periódico que hablan del desfile del día de América en Asturias o me mandan algún video o estoy allí y veo a las reinas siempre lo ves con un cariño especial. Es como decir, mira, en algún momento de mi vida estuve allí". Sin embargo, los kilómetros que la separan de Asturias no impiden que viva la fiesta de alguna forma. "Para una asturiana, esté donde esté y pase el tiempo que pase fuera de su casa, su corazón siempre es asturiano. Es algo de lo que me siento muy orgullosa", asegura.

Por su parte, la protagonista de este año, recalca el "orgullo" que siente de haber sido elegida. "Que hayan pensado en mí es un honor y encima, mi familia está supercontenta y casi más ilusionados que yo". Y a pesar de lo intensos que se prevén los próximos días no piensa dejar de disfrutar de la fiesta como hacía cada año.