Marta Suárez Mansilla, abogada especializada en Derecho del Arte, dedicó ayer una conferencia en el marco de ArteOviedo 2022 a analizar diversos aspectos, legales e impositivos, de la circulación de obras de arte de un país a otro. La ponencia, dirigida a los profesionales y que congregó a una notable representación de galeristas asturianos, tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes ayer al mediodía. Durante la charla, Suárez Mansilla advirtió que, si bien la importación y exportación de obras de arte dentro de las fronteras de la Unión Europea se ciñen a una legislación única, fuera de sus límites cada país impone su propia ley.
–La circulación internacional de obras de arte es un asunto complicado desde muchos aspectos, empezando por el impositivo.
–El traslado de mercancías es complicado, sean obras de arte o no, pero eso al común de los ciudadanos nos pasa inadvertido. La logística del traslado, la circulación de mercancías y bienes es algo complejo, porque hay muchos intereses de los países y protecciones de los mercados. En el caso concreto de las obras de arte se da la circunstancia de que muchas tienen salidas de naturaleza temporal y los profesionales, galerías sobre todo, tienen que tener en cuenta que existen estos regímenes de carácter temporal, que les facilitan la labor y les abaratan costes.
–¿Se cometen muchas irregularidades en la importación y la exportación de obras de arte, sea por ignorancia o deliberadamente?
–No, el mercado está bien controlado y los profesionales son muy cuidadosos. Si se cometen irregularidades es por puro desconocimiento, solo puntualmente se trata de alguien que se las sabe todas y juega al despiste con los márgenes que la ley le permite.
–¿Son muy elevados los impuestos que gravan la circulación de obras de arte?
–El impuesto general, que se aplica como profesional del arte, que es un 21 por ciento, es bastante alto, sobre todo teniendo en cuenta que hay otros sectores culturales que están acogidos a un IVA más reducido. Es una queja generalizada por parte del sector, porque algunos galeristas consideran que un sobreprecio de un 21 por ciento puede llegar a ser disuasorio. Existen vericuetos dentro de la propia normativa fiscal que permiten rebajar los impuestos dentro de la total legalidad, con otros márgenes. Lo único que requiere es hacer un buen planteamiento legal de tu negocio, eso sí.
