La encrucijada de las biotecnológicas que quieren acercarse al HUCA y a los centros de investigación como la Finba y el IPLA

Las empresas del sector que mezcla la biología con las TIC se unen para hacer frente a sus problemas comunes, pese a lo diversas que son

Laboratorio de la empresa Dropsens, uno de los socios de Bioasturias. | Irma Collín

Laboratorio de la empresa Dropsens, uno de los socios de Bioasturias. | Irma Collín / Carlos LAMUÑO

José Luis Salinas

José Luis Salinas

Muchos años de investigación hasta llegar a la meta, que en el mundo de la empresa es dar vida al producto y hacerlo rentable. En ese escenario, es difícil encontrar inversores con tanta paciencia. Hay que sumar las trabas burocráticas de las que nadie se libra y lo difícil de saltar al mercando internacional. Son algunos de los problemas que encuentran la empresas biotecnológicas asturianas, un sector pujante y que crea empleo de calidad, recién agrupadas en patronal para hacerse fuertes frente a la adversidad.

En la biotecnología asturiana encuentran cobijo empresas tan diversas como una que fabrica piezas cerámicas para implantes dentales u otra que hace disoluciones químicas para controles de calidad ambiental, alimentaria o clínica. Ambas están en Oviedo y forman parte de BioAsturias, la nueva organización. "Individualmente tenemos poco peso, por eso nos hemos unido", asegura Pablo Fanjul, presidente de la asociación recién creada. Este club de nuevo cuño tiene ya 23 asociados, de las que 16 son fundadores.

La heterogeneidad de los negocios predomina, aunque todos encuentran características comunes. "El problema del sector es que no te diriges a él por la tipología de clientes, sino por la tecnología que utilizas, por lo que, de puertas hacia afuera, podemos parecer muy distanciadas entre nosotras", asegura Fanjul. Su empresa, Dropsens, fabrica y desarrolla sensores electroquímicos útiles en el campo de la salud, el medio ambiente o la industria. Otra de las socias, Neoalga, investiga en uso de las algas en la alimentación o en el sector de fertilizantes. "A priori, no tienen nada que ver pero las puedo comparar y entender que, de puertas hacia adentro tenemos muchas características comunes, por esas tecnologías que comparten.

Son organizaciones con numerosos vasos comunicantes. Muchas de ellas han crecido al abrigo de los centros de investigación como los que el CSIC tiene repartidos por Asturias, o al calor de los laboratorios de la Universidad de Oviedo en el campus de El Cristo. En un momento dado, muchas de ellas, tuvieron que volar solas fuera de ese nido. "Además, todas tienen un departamento de I+D importante para desarrollar sus servicios y sus productos", asegura Pablo Fanjul.

La propia patronal ha dividido la actividad de sus asociadas en seis grandes grupos en función de su ocupación. El primero de ellos engloba a dos compañías –Imstant y Nonvex– que se dedican al campo de la cosmética; un segundo, dedicado a la agroalimentación en el que solo está Neoalgae; un tercero más nutrido relacionado con el sector tecnológico (el TIC) enfocado al mundo biosanitario que acoge a Recog, Tesis, UPIntelligence y Artium; un cuarto grupo de compañías de productos sanitarios del que forman parte Neurotech, Orto Ibérica, Nanoker, Termo Salud, Micro Viable, i4Life y Dreamgenics; un quinto de compañías de desarrollo de productos que integran BQC, Micrux, ISC Science, Metrohm Dropsens; y ya un sexto y último formado por aquellas que no encuentran encaje en ninguna de las clasificaciones anteriores y que integran AsturHealth, Biocrew, Diecolpet y Activa. Tan diverso es este conjunto que las hay de inversión financiera o de alimentación animal.

Aún así, tienen características comunes y problemas similares como las dificultades para encontrar espacios adecuados; la excesiva maduración de sus productos, que tardan mucho en llegar al mercado; la abundante regulación; las trabas para lograr inversores con paciencia; y los impedimentos (por lo general burocráticos) para abordar los mercados internacionales.

La intención de la nueva patronal BioAsturias es buscar apoyos dentro de la administración regional y de otros organismos relacionados con su actividad como la Universidad de Oviedo; la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (Finba); la Asociación de Investigación de Industrias de la Carne (Asincar); y el Instituto de Productos Lácteos (IPLA) que está próximo a completar su mudanza a un nuevo edificio en el barrio ovetense de La Corredoria. "Creemos que tenemos que adherirlos como socios porque están relacionados con el ámbito de las ciencias de la vida. Aún no hemos contactado con ellos, pero son entidades de las que creemos que tenemos que estar cerca", asegura Fanjul.

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