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Concejala del PP en el Ayuntamiento de Oviedo

La participación sólo es de los ciudadanos

Los enfrentamientos entre el tripartito y los vecinos por el presupuesto participativo

Que los presupuestos participativos suponen un avance no lo puede dudar nadie mínimamente informado. Sobre que han sido un éxito en ciudades de todo el mundo, y de todos los colores políticos, nos hablan todos los libros y manuales. Pero sólo hasta ahí han leído los concejales de Somos. Se han quedado en el qué, y no se han interesado por el cómo. O a lo mejor sí, pero no les servía para sus intereses. Una lástima que Oviedo, con el tripartito, no vaya a formar parte de esos casos de éxito.

El proceso de presupuestos participativos en Oviedo tiene un record de enfrentamientos entre los vecinos y el propio equipo de gobierno, lo cual no deja de resultar paradójico, en una actividad que lo que busca, en todas partes menos aquí, es precisamente lo contrario. En los presupuestos participativos de verdad, los que son un medio y no un fin, gobiernos y ciudadanos van de la mano. Un medio para trasladar las demandas vecinales y no un fin propagandístico y manipulador de una ideología.

El "modo Taboada" ni invita, ni anima, ni consolida el modelo participativo. Los resultados anunciados del proceso de presupuestos, apuntan a lo contrario. Y es que uno de los efectos de la participación mal entendida y mal aplicada es, precisamente, el alejamiento de los ciudadanos. Cuando no trabajas para todos, cuando en vez de sumar, divides, el resultado es, por mucho que pataleen Andrea Álvarez y su jefa, el que hemos visto: ideas con 200 votos en una ciudad de más de 200.000 habitantes.

Su afán desmedido por hacerse ver, ocupar un mínimo espacio público y marcar diferencia con lo anterior, le ha hecho a la señora Taboada ignorar el proceso participativo que estaba en marcha, no por capricho de nadie, sino por acuerdo de todos, que es el de los Distritos, con la consiguiente decepción de todos los colectivos implicados.

Se empeñan en enfrentar el sistema participativo normativamente aceptado en Oviedo, con el sistema de presupuestos participativos, cuando han de ser complementarios. Esto no va de unos o de otros; va de todos. Se trata de facilitar y dar la oportunidad a todos los ciudadanos, a participar del modo que les resulte más atractivo. Y lo que no tiene sentido es abandonar, como han abandonado, un proceso en marcha, pero sin consolidar, con personas ilusionadas y volcadas en él, para estrenar su juguete, sólo porque ellos opinen que sirve mejor a sus intereses.

Resulta cómico ver la prisa con la que Andrea Álvarez intentó presidir un consejo de distrito antes de tomar posesión de su acta de concejal, y lo rápido que se ha aburrido de ello, para pasar a poner la cara por el juguete de su jefa, que la usa de parapeto. Ese es el respeto que muestran por los procesos participativos.

Las consignas dictadas por sus hermanos mayores de Podemos les llevan a intentar reescribir la historia. Sus ataques hacia el Partido Popular son la frustración de ver que Oviedo sigue defendiendo los valores que nosotros representamos. El respeto a todos los colectivos es nuestra seña de identidad, algo que ellos son incapaces de hacer porque sólo se alimentan del rencor y el odio.

Si de verdad tienen algún interés en hacer algo de provecho por la participación en Oviedo, dedíquense a sumar, en vez de a dividir. La participación no pertenece a nadie más que a los ciudadanos.

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