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Rubén Rosón

Oviedo sin presupuesto, gobierno sin vergüenza

Las consecuencias de la prórroga de las cuentas municipales

El 9 de diciembre de 2020 quedará marcado en la historia negra de Oviedo. Mientras los carbayones estamos sufriendo el drama de la pandemia, Alfredo Canteli y su concejal de Economía, Javier Cuesta, nos daban la puntilla definitiva a los carbayones: la capital no contará con presupuestos para 2021.

Es la primera vez que pasa algo así en 40 años de democracia. Un capricho político que sufriremos todos los sectores sociales, pero, al igual que el impacto de la pandemia, lo sufrirán más quienes más necesitan el músculo de nuestra administración más cercana. Más dolo tienen las excusas, que no motivos, esgrimidos por el responsable de las cuentas municipales para no realizar el presupuesto. Javier Cuesta miente al echar balones fuera y señalar al gobierno autonómico, al estatal o a Europa como responsables. Cada palo que aguante su vela, él es el único culpable. Si sus palabras fueran ciertas, más de 8.000 ayuntamientos del Estado estarían en la misma situación. Y esto no sucede. Siero o Avilés sirven de ejemplos cercanos. La principal labor de un concejal de Economía es realizar unos presupuestos anuales cada año de mandato. Cuesta se niega a hacer su trabajo. En cualquier empresa privada estaría despedido, aquí solo le queda dimitir.

Las consecuencias de la falta de presupuesto serán nefastas: parálisis local total hasta mayo del año próximo; saturación de papeleo innecesario al ya de por sí exiguo cuerpo de funcionarios municipales; retraso de todos los proyectos de Oviedo. Se aplazarán durante un año la mayoría de inversiones en la ciudad, que el fracaso de ejecución de PP y Cs ya están retrasando: apenas 2,5 millones de euros en nuevas inversiones en lo que va de año. Volverán los recortes millonarios en becas y en ayudas económicas a familias. Desaparecerán las partidas destinadas a ayudar a autónomos y pymes... Un desastre.

Yo mismo le proporcioné al incapaz concejal de Economía tres alternativas para cuadrar las cuentas. Tenemos experiencia. Dos de los cuatro presupuestos municipales que elaboré partían de condiciones más complejas debido a los pufos del PP en décadas anteriores. En 2017 tuvimos que pagar 34,8 millones no previstos por “Villa Magdalena” y en 2018, más de 17 millones por el Calatrava, cuantías muy superiores al impacto de la pandemia en las cuentas municipales. Aún así, Oviedo tuvo presupuestos, multiplicó las becas, las ayudas, creó empleo y saneó las cuentas. Hice mi trabajo. Ahora, Javier Cuesta se niega a hacer el trabajo por el que le pagamos 52.000 euros al año. Quizás esté más pendiente de sus empresas privadas. Sea como fuere, debe dimitir, no hay otra salida digna. Aferrarse al cargo tras esta incompetencia solo denota la poca vergüenza del concejal de Economía.

Al PP y a Cs no les importa dejar sin presupuesto a los ovetenses días después de pelearse y sacar pecho por los raquíticos presupuestos autonómicos para la capital. Se les debería caer la cara de vergüenza.No vienen a trabajar, vienen a llenarse los bolsillos de dinero público. Lo demuestran subiéndose el salario en el primer pleno del mandato, contratando a compañeros de partido como altos cargos o ahora, privando a los carbayones de un imprescindible presupuesto para afrontar 2021. Oviedo no merece esto. Ya basta.

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