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al final de la semana

Álvaro Faes

Una batalla contra los atascos

La obra parada en Nicolás Soria como ejemplo de caos administrativo

Se mire como se mire, una ciudad de 220.000 habitantes no puede permitirse ser pasto de embotellamientos de tráfico como una rutina a la que resignarse. Tendrán que tragar las grandes urbes, las de crecimiento exponencial, las que atraen población. Pero Oviedo, que ha perdido 5.000 vecinos en diez años, no. Es tarea de los gobernantes y también tiene su parte el ciudadano, ya no vemos tanto eso de llevar el coche a la puerta del bar pero tampoco es que seamos peatones ejemplares. A la espera del los resultados del plan de movilidad y sin que en 25 años se haya avanzado un ápice en alguna de las soluciones para la Ronda Norte (o cualquiera de sus variantes), ahí, en esa misma zona, se perpetúa una gran vergüenza administrativa: el puente de Nicolás Soria y los accesos a Ciudad Naranco.

Una batalla contra los atascos

Cuando dos décadas después las obras habían comenzado, problemas burocráticos y “complicaciones técnicas” echan el freno a la esperanza. Si una obra pública se para, malo. Difícil saber cuándo volverá. ¿Pide la empresa adjudicataria más dinero para afrontar esas dificultades? ¿Adjudicó el ministerio una obra con una oferta demasiado baja? ¿Acabará el caso en los tribunales? ¿Habrá que sacar de nuevo el trabajo a concurso? ¿Se cumplirán los dos o tres meses para reanudar las tareas que han prometido desde el gobierno central?

A la espera de respuestas, Ciudad Naranco vive un atasco continuo en sus calles: estrechas, reviradas, sin un hueco para aparcar, repletas de colegios… El cóctel perfecto para un caos que se filtra además hacia buena parte de la zona norte.

Se ha apresurado el Alcalde a escribir al ministro Ábalos para reclamarle que no se duerma con esto. Que no deje empantanado el acceso desde General Elorza a Ciudad Naranco. Se avecina otra cuenta pendiente con el gobierno de Pedro Sánchez.

Habrá que sumarla a la negociación para recuperar los terrenos del solar de La Vega. Cómo han lucido, otra vez, los últimos días, durante la Semana Profesional de Arte y qué bien le queda a Oviedo cuando el enorme terreno rinde a favor de la ciudad. Ahí Canteli y el presidente Barbón se han prometido amor eterno y se han puesto septiembre como feche para empezar a caminar hacia la consecución de un proyecto. Va lenta la cosa, pero si algo, aunque sea poco, arranca a la vuelta del verano, habrá que darlo por bueno.

Presume el Alcalde de gran relación con el presidente regional. La aportación del Principado a la ciudad ha crecido como nunca en años. Aunque sigue habiendo lunares (Ópera, Prerrománico...), una prueba son los 20 millones que esta misma semana quedaron aprobados para construir los institutos de La Corredoria y La Florida, una necesidad perentoria para dar servicio a un buen número de familias.

Si Barbón y Canteli se llevan bien, dialogan y sacan proyectos adelante, el único beneficiado será Oviedo y esos 220.000 ciudadanos que no se merecen atascos permanentes, que se merecen los centros escolares necesarios para sus jóvenes y que necesitan en La Vega un motor para que la ciudad no se venga abajo. Juntos valen más y juntos consiguen más cosas. Que no se quede solo en palabras.

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