La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

antonio masip

Con vistas al Naranco

Antonio Masip

Pierre Cardin en su Maxim’s

El encuentro en París con un icono mundial de la alta costura

Da geh’ ich zu Maxim” (”Me encontraréis en Maxim’s”)

Lehár, Franz, La viuda alegre

Conocí innúmeras personalidades en el ancho mundo, tal epiloga J.L. Rodríguez Vigil en mi “Final del túnel”.

Una noche, tras la inauguración en Versalles de una showroom española, me senté, introducido por Catherine Deneuve, a cenar con Pierre Cardin, icono del prêt à porter, que acaba ahora de fallecer. Fue en Maxim’s, restaurante de su copropiedad. Me halagó reconociese que mi sencillo traje tenía origen en su marquista taller. Sobrevivía Botas, entrañables almacenes de familia ovetense, originaria de Castrillo de los Polvazares, en que lo había adquirido.

Pierre, fachendoso, tenía amores con la también, tal Catherine, grande de la escena, Jeanne Moreau. Guardo recuerdos de la conversación, entre ellos su recomendación, que Eloína y yo seguimos la tarde siguiente, de la opereta “La viuda alegre”, que daban en La Bastille, cuya trama se desarrolla parcialmente con fondo Maxim’s.

Chaves Nogales relata las miserias de un hombre de frac en plena Revolución Rusa, a su vez Antonín Llaneza Jove, hijo del mítico Manuel Llaneza, se empeñó una tarde mexicana en contarme para que yo lo contara que el primer día de la llamada Revolución del 34 se topó con un coasaltante de Oviedo, fusil en mano, terno y tarabica, en plena Escandalera. “La elegancia despista”, escribe Tom Burns. En la Escandalera atrincherada resultaría viajante anarquista catalán que coincidió en visitas comerciales. Willy Loman, el viajante de Arthur Miller, fracasa en sus ensoñaciones salariales y de vestuario.

Cardin estaba dispuesto a mundo nuevo con sus costuras populares sin fusiles ni armas de fuego.

Compartir el artículo

stats