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Álvaro Faes

al final de la semana

Álvaro Faes

Una bala de plata para Minas

La decisión del Consejo Social, el clavo ardiendo de la histórica Escuela para permanecer en Oviedo contra lo que dicta el “plan Villaverde”

A la Escuela de Minas le amenaza ya muy seriamente el cerrojazo a los estudios que ha decidido el rector, Ignacio Villaverde. Sin problemas para apuntalar el traslado a Mieres en el reciente Consejo de Gobierno de la Universidad, a la sexagenaria cantera de ingenieros, santo y seña de Oviedo durante tanto tiempo, le queda la bala de plata del Consejo Social. Es ya la única munición que puede acabar con una postura que parece inamovible desde una perspectiva negociadora. “Error histórico”, “completa desaparición” o “decisión insólita” son algunos de los lamentos que se escuchan desde los despachos de la histórica sede de la calle Independencia, ante la decisión más traumática dentro del “plan Villaverde” para dibujar la estrategia de la Universidad en los próximos años. Minas, menguada en alumnos y abandonada a su suerte en los últimos años, lucha como gato panza arriba contra la implacable maquinaria de la Universidad. A las quejas de la dirección de la Escuela, de los antiguos alumnos o de catedráticos históricos, se ha sumado el Ayuntamiento, con una postura respaldada por todos los grupos municipales; Últimamente, un considerable número de comercios de la ciudad han iniciado una recogida de firmas. El alcalde, Alfredo Canteli, trata de hacer de dique de contención ante la apisonadora administrativa de la Universidad y advierte de un “conflicto institucional de primer orden” si todo sigue adelante.

Al Rector ni le tiembla el pulso, ni parece preocuparle el visto bueno pendiente del Consejo Social, un órgano con 11 hombres y 17 mujeres que pasa por ser el nexo de la Universidad con la sociedad y que merece toda la confianza de Villaverde, pues, presume, nunca ha tumbado una decisión de la Universidad. Ese es precisamente uno de los argumentos que exhibe Canteli para la marcha atrás: la raigambre de Minas en Oviedo, donde el propio ayuntamiento colaboró en su día económicamente para levantar la sede.

A la Escuela, y seguramente ahí tenga una cuota importante de responsabilidad la propia Universidad, le ha faltado seguir hacia adelante junto al avance de los tiempos. Desde el centro educativo hablan de que la hipotética implantación del Grado de Energías Renovables sería una tabla de salvación. Pero la idea todavía no está madura en la Universidad y tanto en la Politécnica de Gijón, como desde el Campus de Mieres, han expresado su preocupación ante la idea. Creen, entre otras cosas, que se solaparía con otros estudios actualmente en oferta.

Villaverde está seguro de haber presentado una propuesta robusta y no se va a detener ahora por un movimiento social incipiente o por las declaraciones que viene dejando caer Alfredo Canteli contra su plan, De momento, el conflicto se mueve dentro de parámetros nada estruendosos, que el Rector asume como el coste de una decisión compleja. Otra cuestión será ver qué puede pasar si la tensión escala con el avance del calendario, con el año electoral, 2023, a la vuelta de la esquina.

Lo de Minas es el primer y más traumático paso de un movimiento de piezas con efecto dominó. Una vez liberado el edificio de Independencia, allí iría la Facultad de Ciencias, cuyo espacio vacío permitiría ampliar la Facultad de Formación del Profesorado; más adelante, la Escuela de Informática del campus de los Catalanes viajaría hacia el Cristo, para instalarse donde ahora se encuentran Enfermería y Fisioterapia que, previamente y junto a Medicina, habrían encontrado acomodo en el HUCA. De este modo, en los Catalanes y junto a las instalaciones deportivas del CAU, habría espacio disponible para el grado de Ciencias del Deporte, de nueva implantación y que Oviedo ganaría en detrimento de Minas.

Las líneas estratégicas del “plan Villaverde” han de viajar hasta el Consejo Social, con la confianza del Rector del respaldo histórico que el órgano ha prestado a la institución. Pero la propia Escuela de Minas, con su director, Francisco Javier Iglesias, a la cabeza, y un parte de la ciudad a la que quiere abanderar el Alcalde, depositan en el mismo lugar la esperanza de un pronunciamiento en sentido totalmente opuesto. Una buena papeleta.

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