Ninguna metáfora más acertada en la actualidad que el concierto a cargo del “Ensemble 4.70”, formado por músicos de las orquestas Oviedo Filarmonía (OFIL) y la Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), con la finalidad de ayudar al pueblo ucraniano. Todo ello propició una gran asistencia que, a buen seguro, se mantendrá durante las próximas citas programadas por la centenaria institución.
El “quinteto de cuerda número 3 en do mayor” de Mozart ocupó la primera parte. El allegro inicial cautivó a los asistentes, muy cómplices durante todo el concierto, y el ensemble lució equilibrado y bien balanceado, con unos corales cambios de volumen y alguna dinámica bien trazada. La agilidad y frescura que insuflaron los diferentes temas del último movimiento rubricaron una notable interpretación de la obra mozartiana.
Tras la pausa, el repertorio viró hacia el Romanticismo de la mano del “sexteto de cuerda en re menor, op. 70” de Chaikovski, pieza conocida con el sobrenombre de “Recuerdo de Florencia”. En él, todas las cualidades exhibidas durante la primera mitad se refrendaron, con un ensemble (reforzado por Sara Chordá) preciso en los ataques, ajustado y coordinado y haciendo gala de un sonido bien timbrado.
Los cuatro movimientos fueron ejecutados con serenidad por los músicos, destacando el “Allegretto moderato”, nostálgico y expresivo, y el “Allegro con brio e vivace”, donde todos mostraron su nivel técnico (en unas melodías de marcado sabor folclórico) cuidando con acierto cada invocación del tema. Causas solidarias, músicos y público unidos por la música.
